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jueves, 17 de octubre de 2013

CARTAS DE UNA PIONERA, de Elinore Pruitt Stewart



elinore pruitt stewart
    Si hubiera que premiar a una persona por su vitalidad frente a las adversidades, Elinore se llevaría el primer premio. La colección de cartas que escribió entre 1909 y 1913 a su antigua patrona y amiga Coney fue publicada como libro por lo ameno de la narración, plagadas de aventuras en las tierras por colonizar de Wyoming. Una narración llena de descripciones acertadas de tipos humanos, de humor, de exotismo para muchas personas de una condición social diferente a la de Elinore. En definitiva, de mostrar como vivían los colonos, los hombres de la frontera en su tiempo. La editorial nos pone en situación con un estupendo prólogo acerca de quien era anteriormente Elinore Pruitt en Denver, ultimo lugar de procedencia antes de dirigirse a Green River, la ciudad más cercana al empleo que adquirió de gobernanta de la casa del señor Stewart. También adquirió un terreno del gobierno para levantar su propio rancho pegado al del terrateniente Stewart. Al poco tiempo se casarían y tendrían hijos. Ella aportaba una hija de otra relación anterior, pero con los años tuvo más; algunos se morían, otros crecían y se hacían mayores. Porque sin duda admira de esta mujer su optimismo a prueba de sinsabores, de dolores, de problemas y de un futuro que solo ella iba aclarando con el trabajo en la granja y la preocupación por sus conciudadanos.

elinore y su marido clyde stewart
    Una de los detalles gratificantes de las cartas es el empleo de un lenguaje llano, directo, colorido en las descripciones y plagado de una amable predisposición hacia todo el mundo. Un lenguaje cercano a la oralidad, pero muy bien pensado de principio a fin. Parece que estuvieras viendo la belleza del lugar, o codeándote con sus propios vecinos:
    "Fuimos en el trineo de carreta. Trotamos un rato a ritmo tranquilo por si se fatigaban las bestias y a cada rato nos pasaba una comitiva achispada que chillaba como los comanches y nos dejaba la cara llena de nieve"
     "Aqui solo hay 3 estaciones, invierno, julio y agosto"
    
    La vida sencilla de la gente que no se tiene más que a sí misma:
    "Tiene un tronco de leña que encontró en la herrería al que llama 'querido bebe'. Un radio de rueda de diligencia 'pequeña Margaret" y una estaca de barril es 'el pequeño y malvado Johnny'" (referido a los juguetes de su hija).
   
    La preocupación por la gente:
elinore segando
    "Si supiera las penurias que pasan estos pobres hombres. Van en pareja y a veces no ven otra alma durante meses y rara vez una mujer..."
    "Cuando lei lo mal que lo pasan los pobres de Denver me entraron ganas de animarles a todos a que salgan de allí y registren la propiedad de alguna tierra. Me entusiasma ver cómo las mujeres se animan a la vida de la hacienda..." Elinore conocía de sobra la miseria de los obreros en las ciudades, llevando vidas sin ningún horizonte ni futuro que no sea trabajar para beneficio de otro a cambio de un salario miserable.
    



Green River 1871. Wyoming
    Viajar en carreta por valles sin camino es para ella otra fuente de placer y aventura. Parece que saliera en el 4x4 de la época y nos sacara fotos descritas con palabras de la singularidad de las montañas, de los bosques de pinos, de los ríos en los que pesca, de las abundantes nevadas que transforman la belleza del paisaje y convierten las carretas en trineos. Disfruta de los fuegos a la noche, del aroma a tierra mojada, de las miriadas de estrellas en una amplia bóveda celeste. No le importa demasiado si se pierde por el camino, acaba encontrando una cabaña con alguna familia inmigrante que se gana oscuramente la vida entre vacas, ovejas y pavos, perdida en las Wind River Mountains, como por ejemplo el vaquero Zebulon Pike, de quien poco a poco conoceremos su baldada vida. O la familia de mormones, cuyas esposas e hijos habían sido abandonados a su suerte en una antigua serrería mientras sus maridos estaban ganando unos dolares de asalariados por el día y perdiéndolos en whisky y juego al caer la noche. Lo mismo encuentra al viejo diablo Hiram K. Hull (todo un vaquero a la antigua usanza) que prepara una boda en cuestión de horas. Describe a todos por lo que son pero sin despojarlos de su humanidad, con una entrañable mirada de bondad hacia todos:
Green River 1880
    "Clyde (su marido) había contratado a un afrontador, lo llaman así porque afronta todo tipo de tareas, sepa o no como realizarlas"
    "... pero la señora O'Shaughnessy se cree un buen partido para cualquier hombre, así que paro el carro y el hombre se montó".
    
    Incluso al conocer a la segunda esposa de un obispo mormón (era 1913 y la poligamia estaba penada legalmente desde 1890), no puede evitar sentir más pena que rabia por las condiciones que denuncia.
    
Green River 1927
    No faltan los encuentros con bandidos, algún que otro disparo suelto en la noche, las operaciones quirúrgicas entre vecinos (qué valor!!!) o el socorro a quien tiene un problema, grande o pequeño. Un detalle curioso ha sido la inclusión de una carta escrita por la hija de Elinore, Jerrine, en que que se han conservado todas las faltas ortográficas. Sin duda su madre también procuró hacerse con la cultura de su tiempo y las cartas están glosadas con personajes de muchas novelas populares de la época.



Green River actual

    En todo caso, el ejemplo de la mujer made self, de individuo de la frontera donde todo está por hacer: "Cuando vine me dijeron que no sería capaz ni de cultivar frijoles comunes, pero lo intenté y lo conseguí... A muchos de mis vecinos les fue mejor que a mí, y aunque se de mucha gente que no hubiera apostado mucho por mí, lo he conseguido. He probado todo tipo de labores que este rancho necesita, y puedo hacerlas todas... Me encanta experimentar, trabajar y demostrar cosas, así que para esta vida de rancho, con todas sus asperezas, es para lo que valgo."

casa de elinore y stewart
    Elinore se tomó este viaje desde el sur de sus orígenes como una aventura en la que se jugaba el ser o no ser. Decidió que esta aventura fuese su vida, y que lo primero era tomar el timón de ella y encauzarla sin miedo hacia donde realmente podía hacia hacerlo. Parece que cumplió las expectativas, porque así se la recuerda desde entonces. Con los años, en 1927 tuvo un accidente con una segadora y murió en Rocks Springs, Wyoming, en 1933, de sus secuelas. Aun tiene otro libro, Letters on an Elk Hunt, y existe una película de 1979 sobre ella titulada Heartland. Ahora tienes la oportunidad de hacerte con esta delicia de libro y sentir que otras vidas han sido posibles.

CARTAS DE UNA PIONERA, de Elinore Pruitt Stewart. Originalmente publicado en 1914. En esta edición de Hoja de Lata, mayo de 2013, y son 204 páginas  
las wind river mountains de wyoming
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jueves, 10 de octubre de 2013

ROYAL ROBBINS. EL ESPÍRITU DE UNA ÉPOCA, de Pat Ament




royal robbins

    Un caso curioso es este de hoy en torno a la figura de un escalador de reconocido prestigio a nivel mundial, Royal Robbins, en un libro escrito por un amigo suyo. Curioso por varios motivos, pero principalmente porque conozco a más de uno que, pese a la genialidad del sujeto para escalar lo inimaginable en su momento, lo hubiera mandado al diablo con solo lo arrogante que podía llegar a ser el tipo con sus amigos (no digamos ya con quienes no lo eran). 

yosemite falls
    Royal Robbins nació en 1935 y en el momento en que se editó el presente libro vivía en la localidad californiana de Modesto una vida apacible y dedicada a su empresa de ropa de montaña. El libro abarca desde una infancia nada afortunada hasta ese momento, y cuenta su total fascinación y entrega por la escalada de grandes paredes empezando por las de Yosemite y ampliando su circulo de acción a otras de California, de otros estados de la Unión, así como de los Alpes y de Gran Bretaña. Sin embargo, la edad pasa factura también al empuje y carisma de uno de los mejores escaladores de todos los tiempos, en forma de una artritis en una mano, de manera que a finales de la década de los 70 se introdujo en el mundo de los descensos de aguas bravas: ríos de violento cauce, atrapados en valles de difícil acceso, se volvieron la segunda pasión de este hombre admirado por sus coetáneos. Como no podía ser menos, también, el rafting le llevó a hacer primeros descensos en muchos ríos y a practicarlo en otros países como Chile.
cathedral peak, yosemite

    ¿Qué hace singular este libro? El carácter especial de Royal Robbins. Un tipo aventurero desde muy joven (se metía en trenes de mercancías para viajar, saltaba de vagón en vagón... ¡¡¡¡e incluso cambiaba de trenes en marcha!!!!). Paso por los Scouts, fue miembro del Sierra Club de Sierra Nevada (la cordillera californiana) y en esas experiencias comprendió donde tenía un campo exclusivo para desarrollarse como persona, descubrir su carácter, saber quién era no solo a los ojos de los demás sino también mirándose a sí mismo. Con 18 años ya está abriendo vías de máxima dificultad en la época de los buriles y los tacos de madera para escalar, la época de pasarse montones de días colgado al costado vertical de la montaña para dominarla de abajo hasta arriba.. Para él la escalada significaba "la lucha del hombre contra sus propios miedos y debilidades". Ser de los mejores le confirió también un aire elitista y desafiante hacia el resto de escaladores, y su interés por la música clásica y la literatura, por expresarse bien en todo momento, le granjeó también la fama de ser difícil de trato y bastante estirado. Pero allí estaba él, con su legión de amigos y seguidores, para hacer primeras ascensiones en paredes de cientos de metros que nadie había escalado, o para liberarlas de buriles y cuerdas fijas, para decirles a todos que donde habían ascendido con docenas de clavos el lo hacia con muy pocos, y que le gustaban más los fisureros, o incluso la escalada libre. Su nombre va impreso con la historia del Half Dome, el Capitan, el Sentinel, el Tahquitz Rock, Middle Cathedral Rock....

royal y liz
    "Royal era un auténtico solitario. La gente se pensaba que era porque se consideraba a sí mismo un buen escalador o algo así, pero lo cierto es que se trataba de una esquivez que Royal había adquirido cuando niño. No tenía nada que ver con la escalada, pero ser reservado a algunas personas les resultaba insultante".
monte hooker

    De entre los grupos de amigos que iban a Yosemite a escalar, ellos hicieron famoso el Campo 4 como centro de operaciones.

    "La mayoría de los avances importantes vinieron de Royal Robbins,... Escalar con él era casi como subir con trampa. Si algo se torcía, todo lo que había que hacer era dejarle a él de primero".

Royal Robbins,años 90

    La lista de montañas escaladas es interminable: las Needles, Shiprock, Eldorado Canyon, Hooker, el Pilar de los Drus, Dolomitas, Calanques, etc. Por las descripciones de estas escaladas, descubrimos que estas hazañas, temeridades para el común de los mortales pero no tanto para él, eran el diván del psicoanalista: allí descubría sus miedos y los superaba con motivación y estudio de la pared, allí encontraba las dimensiones de sus limites y la forma de romperlos y colocarlos más lejos. La escalada le hacia ser consciente de las facultades que poseía y mejorarlas no solo en el plano físico sino, sobre todo, en el plano mental, en ese control de las emociones, de las ideas, de lo que se puede hacer y lo que no de verdad. Y esta lección la aplica en la escalada como otros la aplican en otras actividades de la vida. Tal vez sea esto lo mejor del libro, ya que no se libra al protagonista de sus defectos también. Y si por algo el libro tiene el subtitulo de "El espíritu de una época", se debe a que estos logros fueron reconocidos por amigos, admiradores y muchos adversarios. Porque los años también trajeron más mesura al carácter irritante de este hombre. Otro de los aciertos del autor, Pat Ament, es resaltar por qué el espíritu de aquella época es sustancialmente diferente al de la nuestra en dos sentidos: la aventura y los valores éticos que la empujan.


salathé wall, yosemite


salathé wall, yosemite. Año 2003
    El libro rebosa la admiración que pone un alumno sobre el hombre que también le enseñó una forma de plantearse la escalada como una forma de posicionarse en el mundo, de entenderlo y de entenderse a sí mismo. La audacia es mucho más que temeridad.

ROYAL ROBBINS, EL ESPITIRU DE UNA EPOCA, de Pat Ament. Editado en 1998. Para la Editorial Desnivel, la primera edición es de 2003. Un libro con muchas fotos en blanco y negro y 330 páginas

jueves, 3 de octubre de 2013

CORRER O MORIR, de Kilian Jornet




    No hay mal que por bien no venga, dice un antiguo adagio. El caso es que hace poco leí que en España, con el tema de la crisis, la gente se había echado a correr al monte acentuando la tendencia de los últimos años. Los motivos eran unos cuantos: puedes hacerlo cerca de casa (en muchos casos), no requiere una inversión fuerte en material (basta unas zapatillas deportivas y no correr desnudo), haces mucho por tu salud, socializas con más gente, puedes sacar al perro también, etc. La prueba es que las revistas de running han crecido como las setas. Antes podía llamarse footing, yoging o carrera continua, pero esto de salir corriendo a toda pastilla metiéndote kilómetros sin parar en el cuerpo, montaña arriba y montaña abajo, eso que se llama ultratrails o carreras de montaña, tiene a una figura indiscutible desde hace pocos años. Es Kilian Jornet. Con él se demuestra que salir corriendo no es de cobardes, sino todo lo contrario.

    El libro CORRER O MORIR es una invitación a comprender este mundo desde un punto de vista personal, subjetivo, pero muy pasional, plagado de motivaciones para concluir aventuras extraordinarias que, en su caso, el de la competición de élite, le lleva a viajar por los cinco continentes en busca de ese reto que le inspira a dejarse los pies en el terreno. El valor del libro está en cómo transmite las sensaciones que tiene, a lo largo de una serie de carreras concretas, en su cuerpo y en su cerebro. Ideas que surgen antes, durante y después y nos meten de lleno en la curva que toma, en la recta que enfila cuesta abajo por el bosque, en los saltos de un río que atraviesa, o la cuesta interminable y que le obliga a respirar de diferente manera para aguantar un ritmo ganador... Seguir el hilo de sus pensamientos para correr horas, días seguidos, no tirar la toalla en esos 50, 100, 270 o más kilómetros que el campeón va quemando a sus espaldas. Cómo se prepara, qué busca tras cada carrera, quien está detrás de él (las caras menos visibles de este deporte).

    "Debo pensar que una carrera es un espacio cerrado, una burbuja. Y en esta burbuja solo existe la carrera, los demás corredores y yo....Una carrera es una vida, con un nacimiento al levantarse por la mañana y una muerte al cruzar la meta"

    Kilian empezó en esto de la montaña porque sus padres tenían un refugio en los pirineos, así que desde pequeño empezó a subirlas, a hacer travesías, a esquiar y a competir con las cabras. Parece que la figura de su madre ha sido decisiva en iniciarse en esto, y definirse como persona madura, es decir, desarrollarse con los años a través de este ambiente. El caso es que se define como insaciable en la competición y hambriento de entrenamiento todos los días, con frío o calor, nieve o lluvia, con ganas o no también. Empezando sin medios, desde abajo, ha querido ser el mejor y llegar a la cumbre.

    "... todo el mundo cuenta con su forma perfecta de correr. Encontramos la mía. Se trata de correr acorde con la naturaleza, intentando transmitir con mi paso lo que ella me transmite a mi."
   
    Nos habla de ciertas carreras en concreto, como la Ultra Trail del Mont Blanc o la Tahoe Rim Rail en California, una carrera de 270 km en unas 45 horas más o menos. Estas carreras largas se hacen aun más largas porque siempre se equivocan de camino por algún motivo. Tampoco es que Kilian este solo del todo: él corre de principio a fin, pero tiene entrenadores que le acompañan a tramos, hacen de liebres, más médicos, fisios, gente que se ocupa de la logística y le acompaña en las competiciones y otros retos deportivos.

    "Ganar no significa llegar en primera posición ... Ganar significa superarse a uno mismo y convertir los sueños en realidad... He visto a gente que, pese a llegar cuando los primeros habían tenido tiempo de echarse una buena siesta, se sienten vencedores, y no cambiarían lo que sienten por nada de lo que les pudieran ofrecer. Y los envidio, porque en el fondo ¿no corremos para eso? ¿para saber que somos capaces de vencer nuestros miedos y que la cinta que cortamos al cruzar la meta no está sujetada por azafatas sino que está situada allá donde nuestros sueños quieren? ¿La victoria no consiste en ser capaces de poner nuestro cuerpo y nuestra mente al limite para descubrir que estos limites nos han llevado a descubrir nuevos limites?"

    Creo que es difícil decirlo mejor: por eso prefiero un intento a una montaña por mis medios que ha comprar los servicios de alguien para asegurar el éxito en la cima (pero a veces no queda otro remedio) Por eso prefiero renunciar a ella si no puedo conseguirla del modo que quiero, como me lo piden mis sueños y mi carácter, tiempo habrá de volver a intentarlo. Porque solo de esa manera hacemos de esta actividad un estilo de vida honesto. Es un pensamiento que no comparten muchos.

    "Una carrera es como una obra de arte; es una creación que, a parte de la técnica y el trabajo, necesita de la inspiración para completarla satisfactoriamente"

    Pero Kilian es humano. Ademas de correr la Transpirenaica (correr del Cantábrico al Mediterráneo por todos los Pirineos), tiene tiempo de enamorarse, sufrir calambres en las piernas, confesarse más alpinista que corredor, mostrarnos que las carreras y las  montañas se suben porque sí simplemente, porque se disfruta enormemente, y que se logra igualmente con la cabeza o las piernas que con el corazón.

    Otro reto es batir el récord de ascenso-descenso del Kilimanjaro. La motivación en Africa es el paisaje y la gente masai que le ayuda en los preparativos, la respuesta a esa altitud. La carrera empieza en la entrada al parque llamada Umbwe, pasa por Barranco Camp, donde ha aclimatado los días anteriores, le reciben con galletas en la cima de Uhuru  (5895m) y media vuelta a toda maquina. 

    En definitiva, un libro al que se le echa de menos algunas anécdotas de sus aventuras, que es bastante introspectivo pero que parece honesto por cuanto nos cuenta en primera persona como vive y siente su pasión que es, además, su profesión: correr. A fin de cuentas, te lo cuenta el mejor.

CORRER O MORIR, de Kilian Jornet, 15ª edicion. Editorial Ara Llibres, año 2011, 190 páginas