Ver Viajes del Mundo en un mapa más grande

miércoles, 4 de noviembre de 2015

LA VUELTA AL MUNDO SIN PRISAS, de Kurt Schmidt

    "Llevamos ya 120.000 millas juntos. Y es precisamente en mi Nicole donde escribo ahora mis recuerdos, aquí en México, en el Pacífico. No tengo un guión, voy escribiendo lo que se me ocurre. Tengo muchos recuerdos. Navegar con mi barco de vela se ha convertido en mi vida, así me he realizado"

    Así podríamos resumir el espíritu de Kurt Schmidt en su libro de aventuras al volante de su cascarón, un alemán de Dusseldorf cosecha de 1931, y con su segundo domicilio en ALtea, Valencia. Porque el primero es su Nicole, un barco modelo Belliure 40 con el que, más que vive, convive.




    "Cuando a eso de las 4 de la madrugada llegaba de Ibiza, me cruzaba con os pesqueros que puntuales salían a faenar. Se levantaban a las 3. A mí me daba tiempo a tomar un café, arrancar el barco y coger un avión de las 7 de la mañana rumbo a Madrid o Barcelona. A las 9:30 ya estaba duchado, vestido de traje oscuro y desayunado en el trabajo. Dos días y dos noches navegando me habían dado la energía y el ánimo para aguantar 5 días de estrés continuo. Pocas personas conocían mi doble vida".

    El libro es muy sencillo: él empezó a anotar en cuadernos, en alemán, desde 1975 hasta el presente de la edición 2011, sus aventuras, ideas e impresiones suscitadas a lo largo de sus singladuras por el Mediterráneo, las dos orillas del Atlántico y la orilla americana del Pacifico.

    "En el Mediterráneo es cierto que quizá no soplan los mejores vientos, pero es una cuenca de navegación variada llena de puertos históricos, mucha cultura y gente entrañable, y al que crea que en el Mediterráneo no hay tormentas le voy a tener que desengañar. A mi me ha tocado lidiar con más de una, para luego llegar a puerto magullado, agotado y con las velas hechas trizas".

   La motivación de Kurt es bien sencilla: vivir como quiere, buscar lo más autentico de su vida, alcanzar la felicidad donde ha descubierto que puede estar y hacerlo con la seguridad de que el plan es bueno y puede conseguirlo, sin miedo. El resultado es la navegación a vela, a veces solo, a veces con otra persona a bordo. En este capitulo de los compañeros a bordo hay dos, y uno es su novia Elena, novata en estas lides, mucho más joven pero con ganas de ser más de lo que ya es.

   "Cada vez que dejaba el barco sentía una gran frustración y me proponía abandonarlo todo para dedicarme exclusivamente a navegar. Por fin lo hice, y en aras de ese deseo he sacrificado mucho: la posibilidad de hacerme rico, la correspondiente jubilación, mi familia,una acogedora residencia cuando sea anciano, mi carrera, poder, admiración, amigos, relaciones más llevaderas, la posibilidad de envejecer tranquila y dignamente, ver con regularidad  a mi hija y a mis queridos nietos. Pero aun así, se que tomé la decisión correcta. En ningún momento he pensado que me equivoqué. No puedo imaginarme una vida más plena o feliz. Si, soy plenamente feliz y quiero seguir navegando mientras pueda izar las velas y subir el ancla con mis manos".

    La narración es sencilla, anecdótica y en orden cronológico. De su personalidad germánica se agradecen muchas cosas positivas: es cosmopolita, está muy seguro de si mismo y de su capacidad de aprender sobre la marcha, es capaz de hacer amigos por todas partes, de echar una mano en medio del desierto oceánico sin que so le impida ver lo que le gusta y lo que no particularmente de las administraciones de ciertos lugares y de los funcionarios de ciertos países. Se agradece que se moje en ciertos aspectos muy concretos sin intentar pasar por la vida marítima impoluto como un almirante: los que peor quedan son los funcionarios que administran las Islas Galápagos (poco menos que piratas con licencia), las autoridades albanesas de la época comunista y ciertos funcionarios de aduanas mexicanos o turcos, así como el mamoneo de la Guardia Civil española con las fiestas ibicencas de los años 70 y 80.




    El libro, traducido por su amigo Julio Feo, es un resumen de esos cuadernos plagados de anécdotas y aventura. El primero es el Cuaderno del Mediterráneo (1975-1995), luego el de Argentina (1996), el que da la vuelta al Cabo de Hornos (1996-97), el del sur de Chile (1998), el de Chile, Galapagos San Francisco (1999), el de la Baja California, Mexico (2000-01) y el del Mar de Cortes hasta poco antes de poner rumbo a la Polinesia (2002).

    "A las dos de la tarde, buscamos nuestro próximo fondeadero. Echar las anclas y amarrarnos a tierra nos lleva casi dos horas, pero una vez hecho estamos seguros y con dos anclas clavadas y dos cabos a tierra, podemos dormir tranquilos y sin preocupación, aunque los willies (fortísimos vientos que se forman entre las montañas de la Patagonia) bajen las laderas sin avisar. Hemos llegado a ver cómo el viento subía a 55 nudos en apenas 10 o 15 segundos. Suficiente para que el barco se estrelle contra una roca si no está firmemente amarrado".

    ¿Quieres encontrar pescadores artesanales viviendo en chozas en el sur de Italia, pícaros aristócratas en fiestas de Ibiza? ¿Quieres enfrentarte al Cabo de Hornos tres veces en un dia? ¿Navegar con los delfines? ¿Navegar entre montañas de agua cerca de Alaska y estar a punto de zozobrar? ¿Qué tal si un buque monstruosamente grande esta apunto de chocar contra tu barquito en un estrecho canal de la costa californiana, sin que el mercante se entere de si te hunde o no? Piensa que te has librado por los pelos, que te has salvado de la muerte en medio de la noche, de la niebla, que has visto el casco de acero del monstruo ir contra ti a escasos metros... Esas son las armas de este estupendo libro de aventuras que hace pasar las horas como un suspiro, y sin más pretensiones que las de un viejo marinero en dique seco: entretener a la concurrencia. Creo que lo consigue. Consigue transmitir la idea de libertad en la navegación, donde tu barco es tu reino, donde están tus amigos de verdad y donde te sientes a ti mismo en todo lo que eres y en todo lo que puedes llegar a ser. En ese aspecto, que las anécdotas no nos nublen esto ultimo, porque en eso Kurt se ha jugado la vida: la que dejo y la que se ha ganado.




    Esta vez no le voy a poner peros al libro, solo decir que me ha asombrado la cantidad de veces que se le gripa el motor, que desaparece el piloto automático de escena, que el radar acaba KO, que el timón hace de las suyas... no es fácil ser marinero, no parece un viaje de placer, aunque resaltan muchos momentos de placer. Así debería ser la vida.

    Una de piratas (cuidado con ciertas autoridades,...):

   1.- "Por el canal 16 me puse en contacto con la Armada italiana. Me respondieron de inmediato. Ya habían estado escuchando mis intentos de contacto por radio con el barco que me perseguía. Me impartieron una orden militar: motor a todo gas en dirección a Italia y cada 3 minutos contacto por radio.
    Con el motor a tope, viré a babor y mis perseguidores a estribor en dirección a Albania. Los amables italianos me explicaron después lo que había ocurrido: la Armada albanesa intenta poner nerviosos a los veleros parque así entren en sus aguas territoriales y una vez allí los fuerzan a ir a puerto y encierran a los patrones en la cárcel.
    Para salir hay que pagar una elevada multa, y una factura por el amarre del barco, del que desaparece todo. Una excursión involuntaria a Albania costaba entre 5000 y 8000 marcos alemanes. Gracias a mi reacción y a la ayuda de los italianos no cai en la trampa de los comunistas albaneses."

   2.- "Cancelé mis cuentas bancarias. Me di de baja en mi domicilio profesional y liquidé todas las obligaciones financieras que uno va acumulando en la vida. De hecho, cuando una persona navega más de 6 meses al año como hago yo, y no tiene residencia fija, no puede estar dado de alta en ningún sitio legalmente...
    Creo que tener más dinero a mi disposición me daría vergüenza. Mi libertad total se vería condicionada porque estaría preocupado por dónde invertir y obtener los mejores dividendos. He liquidado todas mis deudas, también las morales. No le debo nada a nadie, a ningún estado, a ninguna empresa, a ninguna persona, no tengo deudas pendientes. Con un mínimo de organización, puedo hacer lo que quiero. ¡A esta libertad me refiero! independencia total. tener propiedades sería como arrastrar un muerto. Solo quiero reunirme con amigos y nunca más con abogados, notarios, asesores fiscales, directores de banco y gestores. ¡Todo eso terminó!"

    3.-"Las cartas náuticas de Montevideo a Buenos Aires están llenas de marcas de naufragios. Me pregunto qué sentirían aquellos capitanes y tripulaciones con mucha experiencia cuando sus barcos, después de un larguísimo viaje desde Europa, acababan en el barro del Rio de la Plata cerca de Buenos Aires."

    4.-"Nuestro piloto automático hace que el barco se dirija hacia los aullantes cincuenta, llevando el timón como si lo hiciera la mano de un duende dirigiéndose hacia Tierra de Fuego y el cabo de Hornos. Hemos navegado 3000 millas hacia la bahía de Valdés. Desde que salimos de Buenos Aires, no hemos visto ni un solo velero, solamente hemos visto un carguero y dos pesqueros. Dentro de 2 o 3 dias pensamos llegar a la península de Valdés, en cuyas cercanías, cada año entre octubre y noviembre, llegan muchas ballenas para aparearse y dar a luz a sus pequeños. Siempre me ha maravillado ver a estas enormes y amistosas criaturas capaces de navegar sin ningún tipo de equipo electronico".

La vuelta al mundo sin prisas, de Kurt Schmidt, en Editorial Juventud, año 2011, unas 336 paginas con fotos

lunes, 26 de octubre de 2015

TIERRA DE TEMPESTADES, de Eric Shipton


    "El principal propósito de mi segunda visita a la Patagonia en el verano austral de 1959-60 fue localizar e investigar el misterioso volcán. Existían pocas dudas de que debía existir, y había algo de lo más intrigante en la idea de este respiradero solitario oculto en alguna parte en la gran extensión de hielo, puesto que un volcán activo, por lo general, no es un fenómeno discreto, fácilmente oculto. El problema de encontrarlo ejercía una fuerte atracción".

    Este es un libro de exploración del siglo XX, que uno lee en una época en la que parece no haber un metro cuadrado de suelo que no haya sido pisado, visto o al menos fotografiado. Y se lee con asombro. Shipton (1907-1977) cuenta en su libro dedicado a la punta sur del cono americano que, con el paso de los años, no quería dejar pasar más tiempo en su vida sin sacarse la espina de patear esta región del mundo. Rondaba los 50 años. Para ello se busca un objetivo que le guíe y le financie, como es la búsqueda de un volcán en el Campo de Hielo Norte de la Patagonia. Supone que es el Viedma, pero al final es el Lautaro. La narración de sus travesías son una experiencia que el lector ávido de aventuras diferentes y lugares inexplorados, en una tierra que sigue siendo dificil de atravesar, agradecerá sin duda.

    "A veces hablábamos de viajes y de exploraciones, y descubrí que él tampoco estaba interesado en el montañismo por si mismo, salvo como medio para llegar a lugares del mundo extraños y poco conocidos. No resultó dificil entusiasmarlos con el tema de la Patagonia; su ánimo avivó el mío, y acordamos ir allí juntos el año siguiente."


    Porque  si algo caracteriza a Shipton en este libro es su ansia de conocer qué habrá donde nadie lo ha contado, no tanto sus escaladas. Atraviesa glaciares, espesos bosques, fiordos, se enfrenta a problemas logísticos en unas latitudes donde pocos que no sea el Ejercito se atreverían a encarar. Escala montañas invictas hasta entonces, explora valles sin cartografiar. Y encuentra a gentes que viven en esas zonas, gente de la frontera a la que admira:

    "El Sr. y la Sra Masters tenían ambos ochenta y dos años. Provenían de Southamton,donde él había sido el marinero del yate de un noble; sin embargo había decidido que aquella no era vida para un hombre casado, de modo que, en 1900, a los 24 años, habían emigrado a la Patagonia, donde el había trabajado en diversas estancias para aprender acerca de la cría de ovejas. En aquellos días era una tierra salvaje y desolada; prácticamente no había caminos, los únicos medios de transporte eran los caballos y los carros tirados por bueyes y el viaje desde la costa hasta el lago Argentino tomaba varias semanas. Es dificil imaginar el impacto de estas condiciones en una muchacha criada en un típico hogar victoriano, que nunca había salido de Inglaterra"


    Las primeras expediciones parten de Argentina, las siguientes penetran por territorio chileno, para ver por lugares como el lago Argentino, el glaciar O'Higgins o cerca del Fitzroy. Un plato fuerte del libro es la travesía del Campo de Hielo Norte:

"El viento azotaba la nieve de la superficie del glaciar y la lanzaba como una densa nube de spray. Puesto que la temperatura estaba muy por encima del punto de congelación, la nieve se había derretido para cuando nos alcanzó y, en unos momentos, quedamos completamente empapados, como si hubiéramos sido sometidos deliberadamente a la manguera de un bombero"

    "Primero subimos hasta la cabecera del glaciar Mayo para examinar una peculiar morrena que habíamos visto allí, que descubrimos que había sido formada por un colosal alud de uno de los picos vecinos. Luego encontramos un paso fácil hasta la cabecera del glaciar Ameghino y subimos hasta la cima de un pico rocoso sobre él, donde pasamos tres horas sentados bajo el cálido sol observando un magnifico panorama de montañas sin nombre"

    "Una violenta ráfaga que sopló desde una dirección inesperada arrancó su tienda de las estacas, cortó la mayoría de las cuerdas tensoras y rompió uno de los mástiles. Una vez más, se vieron forzados a aceptar nuestra magra hospitalidad durante dos noches hasta que el daño pudiera repararse. Tanto Peter como Jack eran hombres muy corpulentos y estaban tan constreñidos que era casi imposible moverse. Eso significaba una pequeña ventaja para mantenerse calientes, porque para entonces, todo estaba mojado; sin embargo, no era fácil dormir, y pasamos la mayor parte de esas noches cantando y hablando. Peter tenia una buena voz y un exquisito repertorio de canciones y, como el grupo estaba compuesto de un católico romano, un protestante, un materialista y un agnóstico, teniamos un gran campo para discusiones religiosas".
    "...cuando el fracaso actúa como estímulo para emprender algo nuevo, no puede contarse como una perdida total"


    Shipton ya venia a la Patagonia con bastante experiencia en expediciones asiaticas, expediciones donde calculaba las necesidades al milímetro para no cargar más que lo necesario estrictamente. Y con el escrutinio de los compañeros que elige, ocurre otro tanto, así que son bastantes los comentarios dedicados al respecto:

    "Una relación normal con un hombre, por cercana que sea, es una guía muy mala para saber si podrá se un compañero apropiado o incluso tolerable en una expedición. Las faltas que pueden parecer totalmente triviales muchas veces se vuelven molestias persistentes en la intimidad forzosa de una expedición..."

    Durante esta travesía, descubrirán la verdadera posición del volcán Lautaro:

    "A veces podíamos ver las pronunciadas pendientes nevadas  y los glaciares colgantes que flanqueaban el cordón este; el viento formaba nubes de nieve que se desplazaban a toda velocidad en una serie de grandes espirales, que nos brindaban un espectaculo impresionante. Nunca vimos la parte superior de la montaña, pero un fuerte olor a azufre, que de tanto en tanto llegaba hasta nosotros, indicaba que el volcán estaba levemente activo". Se refiere al Lautaro.



    "En la cresta de la depresión había otro de esos maravillosos abismos de unos 30 m de profundidad, formado por la acción del viento sobre el solido hielo glaciar, que ya habia visto en distintos puntos del perímetro del volcán."

    "...nuestro entorno inmediato era el que imprimía magia a la escena, ya que todo a nuestro alrededor era una exótica colección de estatuas de hielo, enormes hongos y gárgolas que sobresalen, que el viento había esculpido en escarcha, cada objeto compuesto por un delicado patrón de flores de cristal. Del otro lado de una profunda brecha hacia el sur se encontraba el cerro Murallón, un gran bloque cuadrado de granito, unos 150 m más elevado que el Don Bosco. Sus laderas verticales y planas estaban adornadas con fantásticos cortinados de hielo, semejantes a macizas cortinas de encaje. La cresta de la cima, plana y de unos 550 m de longitud, estaba coronada con una linea de alminares de hielo que resplandecían a la luz del sol"

    "Una hora más tarde, estábamos en un ancho sendero caminando por el bosque encantado; nuestro mundo cobraba vida nuevamente con el canto de los pájaros y el aroma de la vegetación. Nos deteniamos con frecuencia para recostarnos en mullidas camas de musgo y de hojas, y mirabamos hacia el cielo a través de los árboles y hacíamos profundas inhalaciones de aire impregnado de dulces fragancias. El cambio de ambiente fue repentino, el contraste tan abrupto, que quedé como quien está en trance causado por opiáceos, un estado de felicidad del que no salí hasta varios días después".


    Aquella expedición esta muy bien narrada, con sus despistes, sucesos varios, asombros y desolaciones: "El viaje por el campo de hielo duró 52 dias. Fue una experiencia que me colmó de satisfacción, tanto como cualquier otra que viví. Hasta la cruel adversidad del clima fue motivo de cierta satisfacción, ya que había sido parte de nuestro propósito aceptar su desafío y probar nuestra capacidad para emprender el viaje de forma segura, aun en los momentos en los que mostraba su mayor agresividad. Por sobre todas las cosas, sentía que había logrado intimar con esta salvaje región, lo cual, a mi modo de ver, constituye la mayor recompensa en cualquier aventura de montañismo".

    Excepto dos apéndices que corresponden a publicaciones hechas por el autor sobre las expediciones, el libro acaba con dos capítulos dedicados a la Tierra de Fuego, una expedición por la Cordillera de Darwin con ascensiones ineditas preciosas y la descripción de un mundo a salvo todavía de los hombres en el confín del mundo y de la existencia posible. Es una narración henchida de optimismo, de amor por la belleza natural del mundo, por el placer de pisar un mundo mágico, inigualable, puro, un mundo donde cualquier esfuerzo es poco por alcanzar su plenitud.

    "La Patagonia resultó ser una tierra de aventura en la montaña, mucho más fecunda de lo que había esperado en un principio. Como en las cordilleras de Asia Central, el horizonte del mundo no explorado se expandia constantemente; parecía que cuanto más hacia uno allí, más quedaba por hacer. Nuevos proyectos surgían en mi mente, cada uno de ellos más atrayente que el anterior. Pude comprobar que la porción de frutos de calafate había sido, por cierto, efectiva."


    "Más hacia el sur había un imán con un poder de atracción aun mayor, puesto que desde que tengo memoria, he sentido fascinación por Tierra de Fuego... Sea cual fuere la principal influencia, durante mucho tiempo había conservado la fascinante visión de los picos solitarios, azotados por tormentas, envueltos por frondosos bosques primitivos, cuyas exóticas plantas florecían como si estuviesen en un ambiente tropical, en lugar de subártico. Cuando pude examinar la situación más de cerca, quedé asombrado al descubrir cuánto del territorio montañoso continuaba siendo virgen, y la visión pronto se tradujo en un deseo arrollador de ir hasta allí". Es el año 1962.

    "En su extremo occidental, se levanta el monte Sarmiento, que fue escalado, tras varios intentos frustrados, por una expedición encabezada por de Agostini, pero la mayor parte de la península esta ocupada por la cordillera de Darwin, con los picos más altos de Tierra de Fuego. Esa cordillera cubre una superficie que fácilmente podría alojar el Mont Blanc, los Apeninos y los Alpes, y también la mayor parte del Oberland bernés, mientras que la extensión de sus glaciares debe de ser mucho mayor que la de toda la cadena alpina. Asimismo, si bien sus picos más altos tienen solo unos 2600 m, se erigen desde el nivel del mar, por lo que, para el escalador, las montañas tienen un tamaño equivalente al de la mayoría de sus rivales alpinos".


    "No obstante, igual que sucede con el mar, gran parte de la fascinación de las montañas reside en combatir los elementos que las rodean. Aceptamos el desafío de los gigantes del Himalaya, en parte, debido a los problemas que presentaba la atmósfera enrarecida a grandes alturas. El montañero tampoco es ajeno a la frustración y la desilusión".

  "Luego me arrastré afuera, me puse en pie y el viento me tiro al instante y me arrebato el pasamontañas, que salió volando alto por encima del borde de la cascada de hielo.
    Nuestras actividades durante las dos horas siguientes se habrán parecido a una de estas comedias circenses del viejo cine mudo. En medio de nuestra lucha para desmontar la tienda y empacar la carga, éramos arrojados una y otra vez al suelo. La mochila de Cedomir, que pesaba unos 23 kg fue literalmente barrida y se cayó en una grieta a casi 200 m".

    La introducción que hace su hijo Nick tampoco hay que perdérsela. Lo que si se echa de menos en esta edición son algunas foto y mapas de los lugares. Por lo demás, Shipton sabe que el último paso de cualquier aventura es... compartirla con los demás. Y el es un gran explorador en todos los sentidos.

TIERRA DE TEMPESTADES, de Eric Shipton. Editorial Sudpol, 2013, de 270 páginas

martes, 6 de octubre de 2015

ESTRELLAS Y BORRASCAS, de Gaston Rebuffat






He aqui otro clásico de la escalada. Gaston Rebuffat nos invita a acompañarle en la escalada de las paredes mas ambicionadas de su tiempo. Si bien no son primeras, las suyas son de las primeras en repetirse. Estas paredes alpinas son las Grandes Jorasses, el Piz Badile, el Petit Dru, el Cervino por la norte, la Cima grande di Lavaredo y el Eiger. En 1945, con E. Frendo, hace la primera repetición de la Walker en 1945; el Cervino con Raymond Simond en junio de 1949; y el Eiger en 1952 dentro de un grupo de nueve hombres alemanes, austriacos y franceses, entre ellos Magnone y Buhl. Y añade el Dru, que sube con René Mallieux (agosto de 1946); el Badile, con Bernard Pierre, primera repetición (agosto de 1948); y Cima Grande di Lavaredo, con Mazzetta, Gino Soldà yRoland Stern (14-9-1949).
Mont Blanc de Tacul
Relatos como estos, los que aparecen en Estrellas y Borrascas, han contribuido a acercarlas más al imaginario de los  montañeros y los turistas.

El libro es un repaso tambien de su actividad alpina, amateur y después profesional, desde algunas referencias a los Calanques  y a Henri Moulin hasta otras aventuras fuera del ambito europeo como es la expedicion al Anapurna. 

Corredor Rebuffat
Del libro cabe destacar la actitud de Rebuffat a cada montaña, parece acariarlas, meterse en ellas mas que quedarse en su superficie, habita cada via y descubre cada seccion como una habitacion de un castillo, a veces interminable castillo. Cada tramo tiene su aspecto por descubrir, intenta que todo transcurra sin aspavientos ni dramones, su cordada siempre es la de los amigos en armonia, ya sea con clientes o amigos. Una noche helada en tal repisa, un chorro de agua helada que te cala la espalda, la pipa que no falte en los labios,... Buen rollito.

Pero el buen rollito se acaba en el Ogro. El ultimo capitulo esta destinado a repetir el mítico Eiger después de un primer intento días antes. Se siente el frio, el hielo que cae por la pared, cuando no son piedras o un nevero superior que se descarga. De todos los relatos, parece que en este es en el único en el que se despeina: para empezar, tiene a Herman Bull por delante y a otra cordada más. Entre estas dos cordadas van ayudándose, y parece que a Gaston por momentos le hierve la sangre porque cree poder adelantarlos e ir asi más rápido, mas seguro, menos noches de vivac, y por supuesto, llevarse el merito de ser él quien realmente repitió la hazaña de subir esa pared norte. Critica su forma de actuar.

Es un libro al que el lirismo tantas veces alabado en este libro le ha cortado las alas: idealiza los sentimientos, las montañas, las relaciones con sus compañeros de cordada, todo es idílico, grácil, sin esfuerzo... francamente, eso esta muy bien, pero normalmente uno se encuentra también malos ratos en la montaña, ganas de cambiar de actividad, se encuentra a algun compañero con quien no quiere volver a repetir una salida al monte, etc. Sensaciones buenas y malas en la montaña, las hay porque la montaña no deja de ser un aspecto mas de la vida, y a ella se acercan hombres y mujeres que nos podemos encontrar también por la acera. Por eso el libro me parece un poco irreal en esos detalles. Prefiero que me cuenten la verdad, con o bueno y lo no tan bueno, de hecho hay libros de otros alpinistas que lo cuentan y eso los hace mas cercanos y accesibles a su experiencia. Con todo, el libro es bueno y entretenido, pero no una obra maestra del genero. Por cierto, ni una referencia a Armand Charlet, alguien muy significado en los Alpes franceses, predecesor suyo, alguien que si se moja con opiniones.

Una breve reseña de su vida es esta: http://www.barrabes.com/actualidad/perfiles/1-1095/gaston-rebuffat-mejor-alpinista-es.html

jueves, 27 de agosto de 2015

FREE SOLO. ESCALAR SIN LIMITES NI SEGUROS, de Alexander Huber.


Alex Huber
    Un libro de experiencias radicales, de subidones de adrenalina. Escalar a pelo es jugarse el pellejo. Si para mucha gente ya la sola actividad de ir a la montaña es una irresponsabilidad cuando se hace solo, o en el Himalaya, o sin toda la parafernalia posible en la mochila, habrá un gran numero de personas que no entiendan qué ven de interesante unas personas que, aunque muy dotadas para la escalada, renuncien a los seguros. Se tiren a una pared ya de por si dificil de escalar, sin posibilidades de ayuda en lugares alejados. No se entenderá si quien hace la pregunta nunca ha hecho algo que rompa la lógica de este mundo donde te asaltan las aseguradoras a cada paso que das en la vida. Ciertas cosas que hay que vivirlas para entenderlas. Y por supuesto, quien nada hace, nada teme. El riesgo que te imponen, lo sufres, pero la escalada es algo que eliges y, por tanto, esta hecha para disfrutar. Quien no se la juega un poco por algo o alguien, lo va a tener dificil con este libro.

    Tampoco me parece una buena disciplina para esos flipados que se meten en lios sin meditarlo antes, sin poner en la balanza los requisitos y las condiciones necesarias antes de estar pensando en hacerse la foto colgado de la pared de los Drus de mala manera.

    Si algo queda después de la lectura -fácil, entretenida, que se queda corta- es la admiración por estos deportistas de lo extremo. La admiración por su fortaleza fisica y mental fuera de lo común: como se preparan hasta que llega el momento decisivo. Como se abaten si notan que todavía no les ha llegado el día y se vuelven a casa a los 5 metros de despegar del suelo.

    El objetivo de Alex Huber es hacernos probar como es escalar solo y sin seguros, dejando la cuerda a un lado. ¿Entenderlo? Yo creo que ya debe uno ir un poco predispuesto con eso, es decir, que ya sabe lo que es disfrutar del ejercicio de probar tus limites, de expandirlos y madurar como persona a través de ese campo especifico. Lo contrario seria como explicar el sabor del chocolate a alguien que no lo probó nunca: el maestro pastelero buscará sabores con los que se pueda comparar, pero el ejercicio de imaginación será mayor.
"El mundo de la montaña está lleno de peligros. Si las personas tuviéramos un miedo permanente a perder la vida, de puro miedo dejaríamos de hacer las cosas que dan color a nuestra vida y hacen que merezca la pena. Escalar, esquiar, viajar... todo lleva asociado un riesgo. Incluso con una destreza y una concentración muy altas el riesgo nunca llega a desaparecer del todo, pero ese peligro residual es calculable mediante una evaluación cabal y competente de los factores de riesgo. Cuanto riesgo esta dispuesto a aceptar cada individuo es, a fin de cuentas, cuestión de la naturaleza de cada uno. El reducido numero de accidentes en la historia del solo integral en paredes y vías difíciles permite concluir, sin embargo, que son una minoría los que además de escalar así son unos auténticos temerarios". 

Alex Huber en el Macizo del Mont Blanc
 "En cualquier caso, son significativamente menos suicidas que los numerosos alpinistas que van al Everest y se piensan que por pagar 100.000 dolares se encuentran ya en el lado seguro. No es únicamente que casi todos los aspirantes a hacer cumbre sean unos completos inexpertos y no tengan ni idea de los complejos peligros que su adorada montaña les tiene preparados a modo de emboscada, sino que con cada metro de altura que ganan van perdiendo cada vez más la lucidez. Esto llega hasta tal punto que a algunos se les acaba ocurriendo vivaquear in situ. Con -50ºC y a 8.500 m de altitud. Despojados de su entendimiento, solo desean una cosa: dormir. Y eso es lo que hacen, con frecuencia para siempre, a no ser que un sherpa los baje arrastrando al valle. Yo no juego a la ruleta rusa. Conozco el grado de riesgo y si me parece demasiado alto, me doy la vuelta. Si me parece aceptable, entonces, al igual que Paul Preus, vivo mi pasión"


Dean Potter
 "Las montañas no son ninguna masa inanimada ni se reducen a unas toneladas de fría roca. Cuando los alpinistas proyectamos nuestros sentidos y nuestra mente en las montañas, entonces ellas comienzan a cambiar. Del mismo modo que ninguna persona es igual a otra, cada montaña es una e incomparable. ¡La montaña vive en nosotros!"


Alex Honnold en Yosemite
    El autor empieza su libro con los pioneros del Free Solo: Paul Preus, Emilio Comici, Herman Buhl y la posterior saga de californianos como John Bachar, John Long, etc. Algunos nos hablan en primera persona, como Alain Robert de sus experiencias en solitario, lo que le supone en su mente, cómo consigue explotar sus capacidades. Realmente es extraordinario saberlo. Aparece un español, Carlos Garcia, y un lugar de España: los Mallos de Riglos. Huber los conoce y puede también hablar de ellos y otros muchos porque el final del libro trata de sus propias experiencias, esas en las que se prepara a conciencia para atravesar ese Rubicon de la mente que es lanzarse a la pared a pelo. Habla de sus comienzos, de su padre, de sus logros, de las partes difíciles de una via y como las superó él solito... pero, ¿para que seguir hablando de ello? ¿Has probado ya el sabor del chocolate? Seguro que si. Si escalas o trepas, si te gusta eso, lo mejor sera que no te lo cuente yo, que pruebes el chocolate de este libro tú solo. Nada de lo que yo te pueda decir lo puede sustituir.

FREE SOLO,  de Alexander Huber. Editorial Desnivel, 2011. Unas 188 páginas con fotos.

martes, 30 de junio de 2015

DIARIOS DE BICICLETA


    David Byrne es un tio enrollado. Si dijera que era el cantante de los Talking Heads, se entenderia perfectamente. Pero si ademas decimos que es un hombre curioso del mundo en que vive, que se hace preguntas sobre por qué son las casos así en las ciudades del mundo y en que tiene una interesante cultura al respecto, es posible que se nos rompa el tópico (por definición, los tópicos se rompen con frecuencia).

    “Las ciudades, comprendí, son manifestaciones físicas de nuestras creencias más profundas y de nuestros pensamientos muchas veces inconscientes, no tanto como individuos sino como el animal social que somos. A un científico le basta con observar lo que hemos hecho -las colmenas que hemos hecho- para saber qué pensamos y qué nos importa, y también como estructuramos esos pensamientos y esas creencias”
    Sigue siendo músico, y además de eso, pedalea. Donde otros conducen, patean o miran por la ventanilla, él pedalea. Pero no como deporte, sino como medio de transporte urbano en primer lugar, y como medio de conocimiento que ha establecido con su entorno. Estos ambientes urbanos no se circunscriben solo a New York, donde vive, o a otras megalopolis estadounidenses (Baltimore, Detroit, Columbus, San Francisco, etc). El paseo en bici se extiende a Berlin, Estambul, Buenos Aires, Manila, Sidney y Londres.

    “Nuestros principios y nuestras esperanzas son a veces bochornosamente fáciles de descifrar. Están ahí en las fachadas, los museos, los templos, las tiendas, los edificios de oficinas y en como éstas estructuras se relacionan entre sí, o a veces, en cómo dejan de hacerlo. Nos hablan en su propio lenguaje visual 'Esto es lo que creemos que importa, así es como vivimos y como actuamos'. Ir en bicicleta entre todo esto, es como navegar por las vías neuronales colectivas de una especie de enorme mente global”
Londres

    La idea del libro seria demasiado básica y evidente si el texto se quedara en un manifiesto en favor de las dos ruedas contra los vehículos de cuatro. El libro profundiza en el crecimiento de algunas ciudades, en la personalidad de otras, en la vida musical y alternativa que encuentra. En Estambul habla de las dificultades de organizar eventos, en Berlin de la impronta nazi residual y sobre todo la comunista en el urbanismo, así como la manifestación cultural que rezuman aquellos bloques de edificios mas llenos de significado que de belleza en si mismos. Imposible pasar por Buenos Aires sin hablar de Palermo o los tangos...


    “La ciudad, situada en el terreno aluvional del Río de la Plata, es bastante llana, lo cual sumado a su clima templado y sus calles más o menos ordenadas en cuadrícula, la hacen perfecta para moverse en bicicleta. Aún así, podría contar con los dedos de una mano el número de gente del lugar que vi circulando en bicicleta. ¿Por qué? ¿Llegaré a descubrir por qué nadie se mueve en bici por esta ciudad?"

    Aunque parece que en eso la capital argentina ha evolucionado favorablemente en muy pocos años. A dia de hoy la ciudad es tambien una Bike Friendly

    Y asi van pasando sus experiencias por estas ciudades junto a sus reflexiones intimas, recopiladas a lo largo de los años y que han dado este libro de tan agradable lectura:

    "Vivir 'dentro' de una historia, ser parte de una narración, resulta mucho más satisfactorio que quedarse al margen. No siempre sé qué clase de narración es la mía, porque vivo mi vida y no siempre me paro a reflexionar sobre ello, pero mientras edito estas paginas soy consciente de que siento cierto afán por encontrar una trama para mis en ocasiones azarosas mudanzas, un propósito guiado por alguna historia subyacente."

    Comentando la escena musical y alternativa en Londres, tras conocer al ceramista travestido Grayson Perry o tomarse unas copas en el Soho, obtiene sus impresiones:

    "Tengo la sensación de que el mundo tiene más de onírico, metafórico y poético de lo que realmente pensamos; y que es igual de irracional que pueda serlo la magia simpática cuando lo contemplamos desde un punto de vista tipicamente científico. No me sorprendería que la poesía -en su más amplio sentido, en el sentido de un mundo lleno de metáforas y rimas, y de motivos, formas y diseños recurrentes- explicara mejor cómo funciona el mundo. El mundo no entiende de lógica, es una canción".

    Antes de pedalear hasta la Tate Modern Gallery:

    "Lo que llamamos historia podría entenderse como un registro de cómo se han distorsionado o transformado las estructuras sociales básicas. Solo cambia la forma, pero los modelos y comportamientos subyacentes siguen ahi, bajo la superficie, igual que en las formas biologicas".

    Sobre el mito de Silicon Valley, junto a San Francisco, nos dice:

    "Se considera ese garaje como el lugar de nacimiento de Silicon Valley, lo cual hace de él la perfecta metáfora visual para la doctrina del 'cualquiera puede hacerlo' que sigue imperando aqui. Empieza con poco, piensa a lo grande. Escapa del camino trillado. Piensa diferente".

San Francisco
    ¿Algún pero al libro? En general esta bien, pero yo diria que para ver una ciudad como lo hace él, entender una urbe así, no es necesario una bicicleta. En general pienso que como peatón llegas a apoderarte de igual manera, te metes en el metro, en el bus, tomas un ferry, etc. No es algo singular del ciclista urbano. Al menos yo, que no lo soy, veo cosas semejantes. El punto a favor de Byrne es que cuenta con una agenda interesante de personas (músicos, artistas) con las que introducirse  en cada ciudad y profundizar mucho mejor que el resto de visitantes. Asimilar de esta manera las experiencias en una ciudad que se desconoce es mucho más satisfactorio. Y el libro de nuestro cantante cumple honradamente con sus expectativas. Es una literatura de viajes adaptada a las corrientes modernas: no es precisamente un viaje al pasado, sino al futuro inmediato. Mide la humanidad de las ciudades en cuanto a su relacion con la bicicleta, y a los valores que un individuo aprende con ella.
 
DIARIOS DE BICICLETA, de David Byrne. Editorial Resrvoir Bokks, año 2010. Unas 360 paginas