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viernes, 31 de marzo de 2017

EL NIÑO SOLDADO. SANGRE Y ÁMBAR, de David Torres

EL NIÑO SOLDADO. SANGRE Y ÁMBAR, de David Torres 

    "Cerca de uno de los muros, al resplandor de unos cuantos cirios rojos que ardían bajo su pedestal, se erguía la estatua del Niño soldado, obra de Jerzy Jarnuszkiewicz. El casco, coronado con una cinta con los colores de la bandera polaca, casi tapaba por completo la pequeña cabeza; el uniforme y las botas también le estaban demasiado grandes. Pero aun así, los rasgos de bronce perpetúan la dignidad y la valentía de aquellos críos que habían luchado y corrido por las calles de Varsovia durante el levantamiento de 1944.
—Siempre me emociono cuando la veo —dijo Carol—. Para mí, es la estatua más conmovedora de Varsovia.
La ametralladora que colgaba de una cinta parecía un juguete entre las diminutas manos infantiles, pero desde luego no lo era. Era un arma, como el sable del rey Segismundo y la espada curva de la Sirena, como todos los símbolos de aquella ciudad acosada por los perros de la Historia. Me agaché y encendí con el mechero los cirios que estaban apagados. La débil luz de las velas parpadeó, estañó el casco del pequeño soldado. Una sombra danzó tras los muros. El viento no tardaría en apagarlas todas."
Estatua del niño soldado, Varsovia

LAS NUBES. LOS INDOMITOS DE LA MONTAÑA, de Dino Buzzatti

LAS NUBES. LOS INDOMITOS DE LA MONTAÑA, de Dino Buzzatti 

    "LAS NUBES: por la tarde, sobre todo en otoño, se forman sobre  col Visentín nubes de excepcional belleza. No se ven nubes así despedidas ni siquiera sobre los grandes desiertos de África, tan célebres por este tipo de fenómenos. Se agolpan dando lugar a inmensas estructuras arquitectónicas y resplandecen un buen rato cuando ya ha caído la oscuridad sobre el valle, enviando reflejos mágicos.  No sería extraño que desde Australia o Brasil vinieran turistas solo para verla. La materia de la que están hechas no es esa tan basta de las nubes oceánicas: es fina, densa, casi carnal. Sus formas pálidas y violáceas repiten, magnificandolas, las fantásticas perspectivas de las montañas que se alzan por los alrededores. En la cumbre,  los blancos pináculos se tuercen lentamente, en continua metamorfosis, narrando largas epopeyas de caballos, de banderas, de palacios, de obispos, elefantes, bailarinas, dragones, amores y batallas. A veces, por jugar, fingen que son los propios Dolomitas, y durante algunos minutos se quedan inmóviles como si fueran de piedra. Selvas de torres enormes, salientes con paredes de miles y miles de metros con extraplomos como no hay en el mundo. La ilusión es tan perfecta que durante algunos instantes nos preguntamos si habrán surgido de la tierra, milagrosamente, unos picos tan altos como el Himalaya. Y el ojo empieza a buscar en esos terribles precipicios una posible vía de subida cuando de pronto las rocas se repliegan hacia un lado, disolviéndose grotescamente, destruyéndose en silencio".

jueves, 30 de marzo de 2017

LO RACIONAL DEL ALPINISMO. LOS INDOMITOS DE LA MONTAÑA, de Dino Buzzatti

LO RACIONAL DEL ALPINISMO. LOS INDOMITOS DE LA MONTAÑA, de Dino Buzzatti

    "¿Carece el alpinismo de utilidad práctica? ¿es peligroso el alpinismo? ¿tiene algo de irracional? Sí, de acuerdo. Pero con este rasero se reduce al de ser humano a una simple máquina pensante. Aplicando este rasero nunca habría nacido la aviación, nunca habría intentado el hombre ir al espacio y la mitad de la Tierra estaría aún sin explorar.
No pretendo afirmar que las grandes exploraciones, la aviación y los satélites artificiales hayan representado y representen un gran beneficio para la humanidad. Puede que alguien, con perfectos argumentos, pueda sostener lo contrario. Lo que digo es que sin estos impulsos temerarios, desinteresados y aparentemente insensatos, al ser humano le faltaría la famosa llamita.
¿Y pueden existir sin lágrimas? Pues tengamos paciencia: muchas, muchas lágrimas las han causado cosas más absurdas que el alpinismo, como el placer de superar a toda costa al automóvil que va delante de nosotros. Esa bravuconada,  tienen que admitirlo, es mil veces más tonta que encaramarse al pico del Mont Blanc.
No. En este mundo, admitámoslo con franqueza, hacen falta también los Bonatti y los Oggioni con su afán de buscar siempre el más difícil todavía con su valentía y su arrogante ambición. Pobres de nosotros si no existieran.
Por lo demás, miremos a nuestro alrededor. A fin de cuentas, no hay tantos como ellos... ¿no sería mejor que hubiera alguna más? ".
Cima del Triglav, Alpes Julianos, Eslovenia, agosto 2013

VARSOVIA. SANGRE Y ÁMBAR, de David Torres

VARSOVIA. LA SANGRE Y EL ÁMBAR, de David Torres 

    "El impresionante mazacote del Palacio de la Cultura y la Ciencia, obra de Lev Rudniev y regalo envenenado de la URSS, apareció de golpe como un fantasma imperial. Cuando se inauguró, en 1955, se convirtió en el segundo edificio más alto de Europa. Todavía hoy domina todas las perspectivas del centro de la ciudad. Con semejante mostrenco, Bierut, el perro faldero de Stalin, logró al fin olvidar una de sus fantasías fálicas: castrar las torres de las iglesias de Varsovia. Durante mucho tiempo Bierut soñó, en un grotesco proyecto de secularización urbanística, con arrancarlas todas para dejar el horizonte ciudadano tan chato como su gobierno.
El edificio posee el aplomo rotundo y kafkiano de una pesadilla burocrática: 30 plantas, 230 metros de altura, 40 millones de bloques de piedra, casi un millón de metros cúbicos de volumen. Cuando entramos unos días después para visitar una exposición de Leonardo, pasé entre las columnas multiplicadas y las innumerables salas, y pensé que quizá Lem se inspirase en él para la delirante ambientación de Memorias encontradas en una bañera, la novela en la que un pobre funcionario vaga perdido entre los corredores de un inextricable laberinto subterráneo. Hoy día, desde el exterior, el Palacio parece una computadora de piedra, obsoleta y desactivada, una aparatosa réplica de la arquitectura moscovita envuelta en el papel dorado de las antiguas chocolatinas.
Algunos polacos han exigido la demolición del edificio, pero la mayoría ni lo mira: ha acabado por convertirse en parte del paisaje urbano. Ni siquiera se han molestado en arrancar de las hornacinas del exterior los gigantescos hércules de comité y los titanes de sindicato. Aquellos recios ejemplares de obreros altos, rubios, repeinados, con la quijada alzada y orgullosamente apuntada al futuro, parecían una muestra escultóricamente pura de la raza aria: en verdad no hay nada más parecido al arte nazi que el arte soviético. Un arte que, en la superficie y en el fondo, revela una absoluta pobreza de ideas y una absurda sumisión a los modelos del pasado. Me apiadé de un estudiante que marchaba eternamente hacia el horizonte comunista con un libraco enorme bajo el brazo. Pobrecillo, pudiendo leer a Dostoievski o a Tolstói, llevaba en un solo tomo las obras completas de Marx, Engels y Lenin (el nombre de Stalin había sido borrado)."

miércoles, 29 de marzo de 2017

CONTRA LAS INSTALACIONES EN LAS MONTAÑAS. LOS INDOMITOS DE LA MONTAÑA, de Dino Buzzatti

CONTRA LAS INSTALACIONES EN LAS MONTAÑAS. LOS INDOMITOS DE LA MONTAÑA, de Dino Buzzatti 

    "La idea de llegar en media hora y sin riesgo ni esfuerzo hasta la cumbre del pico más famoso de los Alpes, el Cervino, rodeado por una aureola legendaria de terror y muerte, puede parecer a primera vista muy emocionante. Pero basta pensarlo un momento para que nos provoque el rechazo. Y no es cuestión de retórica: consideremos cómo, poco a poco, la vida moderna acaba para siempre por reducir el espacio de la fantasía, de la libertad, de la naturaleza; cómo la alta montaña es uno de los poquísimos rincones que sobreviven a esto y donde el hombre puede verdaderamente respirar. Pensemos lo valiosa que es esa reserva de belleza y de poesía -¿porque tememos pronunciar esa palabra?- que encierra aquel maravilloso retiro. Y entre todas las montañas, el Cervino es el rey, el personaje principal, cargado de una gloria y una tragedia inconmensurables, la roca más salvaje y fascinante, el símbolo mismo del abismo. Lo han escalado miles de veces personas de todo tipo, niños incluso, ciegos, ancianos más que octogenarios... No queda ni una pared y una arista que no hayan sido conquistada, y a pesar de todo sigue siendo él, estupendo y misterioso, tal como lo vio Whimper la primera vez hace 90 años, cuando lo dejo embrujado.
¿Qué significaría ahora plantar sobre esa cima un mirador panorámico con servicio de bar para turistas con calzado de paseo? Es difícil decirlo con palabras: o se entiende de inmediato o es inútil preparar discursos. Si no se entiende es que le falta uno una parte del cerebro. Pero es verdad que sería una infamia escandalosa. Bastaría ese largo hilo, casi invisible en la distancia, para estropear sin remedio toda la cuenta de picos y glaciares. A un amigo de Nápoles al que le parece una idea magnífica le pregunto el doctor Guido Bertarelli,  consejero del CAI: 'Entonces, ¿estaría usted a favor de que se construyera un puente de cemento armado que uniera Sorrento y Capri?' No supo responder".
Gornergrat, Suiza - estación, glaciar y el Matterhorn (Cervino)

LEON TROTSKY, de Joshua Rubenstein

LEON TROTSKY, de Joshua Rubenstein

    "Nicolás II también tuvo que hacer frente a otros adversarios más subversivos. Los jóvenes radicales rusos se debatían ahora entre dos concepciones rivales de la revolución: los populistas consideraban que la abrumadora mayoría de la población, los campesinos, representaban una de las alternativas más verosímiles de resistencia. Adoptaron una visión romántica de los campesinos, en especial cuando el zar Alejandro II abolió la servidumbre en 1861. Pero cuando los campesinos no lograron responder al sueño de los populistas de derrocar la monarquía, estos últimos recurrieron a los actos de terrorismo en un intento vano de acabar con la autocracia. Autores marxistas como Georgi Plejanov instaban a los revolucionarios antizaristas a apartar sus esperanzas de los campesinos, a rechazar los actos de terrorismo individual y a centrarse en organizar a los trabajadores para exigir socialismo y democracia. Fue tras el llamamiento a la acción de Plejanov cuando Vladimir Ulianov —Lenin— y otros radicales marxistas fundaron la Unión de Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera, un paso que desembocó enseguida en la detención de Lenin en diciembre de 1895."
V. I. Lenin en una peluca y una gorra.

martes, 28 de marzo de 2017

CÁMARAS DE GAS. LA SANGRE Y EL ÁMBAR, de David Torres

CÁMARAS DE GAS. LA SANGRE Y EL ÁMBAR, de David Torres 

    "Los Einsatzgruppe y los Sonderkommando de las SS ejecutaron miles y miles de judíos en los primeros meses de la Operación Barbarroja, cuando el ejército alemán invadió la Unión Soviética. En los bosques de Rumanía, de Lituania, de Rusia, de Ucrania, los judíos eran capturados y tiroteados allá donde se encontraran. Tan sólo en el barranco de Babi Yar, en las afueras de Kiev, el 29 y el 30 de septiembre de 1941, ejecutaron fríamente a 33.771 judíos. En ocasiones, los verdugos se sentían incapaces de disparar a los niños: preferían enterrarlos vivos junto a sus familiares muertos. Otras veces la compasión no les alcanzaba tanto: hay una foto tomada por uno de los componentes de un Einsatzkommando momentos antes de un fusilamiento. Es el retrato de una veintena de críos, descalzos, de unos tres a cinco años, que miran directamente a la cámara, algunos sonriendo, otros asustados, otros intrigados, igual que si estuvieran posando para una foto en el patio del colegio. Sólo una niña, la más pequeña de todas, llora, tapándose los ojos con las manos. La fotografía es un preludio del balazo. La cámara está instalada en la boca misma de la muerte.
En muchos casos, los verdugos no podían soportar la brutalidad de las ejecuciones. Algunos salían traumatizados de la matanza, no podían dormir, atormentados por las visiones de los homicidios en masa que habían perpetrado; otros tenían pesadillas horribles; unos pocos jamás pudieron volver a incorporarse a filas. Fue entonces cuando Himmler, que había presenciado las masacres de Minsk, decidió planificar y organizar los asesinatos masivos de manera que el impacto psíquico sobre los ejecutores fuese mínimo. Aquella espantosa cultura de la muerte instaurada por los alemanes dio sus primeros pasos en las fosas comunes del este de Europa, se fue perfeccionando en los campos de exterminio de la Aktion Reinhard y alcanzó la cúspide de su eficacia en Auschwitz, el matadero humano por antonomasia, la más increíble y despiadada maquinaria de ejecución jamás inventada por el hombre.
En principio, los tanteos fueron atroces, una chapucera mezcla de atrocidad y esperpento típica de la mentalidad nazi. El doctor Widmann sugirió una mejora en los procedimientos homicidas mediante el experimento de colocar a varios enfermos mentales en un búnker junto con cargas explosivas. Es curioso que, porcentualmente, la clase médica constituyese la profesión que más afiliados proporcionó al partido nazi. Huelga decir que el experimento de Widmann fracasó de forma estrepitosa: el búnker se derrumbó, saltaron pedazos de carne hasta lo más alto de los árboles y algunos heridos salieron arrastrándose y dando gritos entre los escombros.
Entonces el doctor cambió de táctica: metió a unos cuantos pacientes de un hospital psiquiátrico de Moguiliov, cerca de Minsk, en un sótano de ladrillo, y los asfixió con gas. Fue el primer paso hacia los camiones letales de Chełmno, que transportaban a las víctimas con el tubo de escape instalado en el interior hacia un viaje sin retorno. La utilidad del Zyklon B, ácido prúsico cristalizado, fue descubierta casualmente por Fritsch, uno de los subordinados de Hoess, el comandante de Auschwitz, cuando intentaba acabar con una plaga de insectos que inundaba el recinto. Himmler, gran aficionado a los cultivos agrícolas, quería que Hoess convirtiera buena parte del campo de concentración en un centro de investigación botánica. Pretendía montar un prototipo de granja germánica que fuese un modelo para toda la agricultura de la cuenca de Silesia. Por una macabra carambola del destino, fue la afición a la jardinería del Reichsführer de las SS la que hizo que los nazis descubrieran el veneno rápido, barato y definitivo que andaban buscando.
Al contrario que en Treblinka, un aparatoso infierno medieval, la escenificación de la muerte en Auschwitz era limpia y veloz: una grotesca simulación ensayada al milímetro tanto para serenar a las víctimas que llevaban al matadero como para evitar problemas a sus verdugos. Repetida durante meses y años, día tras día, la ceremonia consistía en tranquilizar a un montón de gente asustada y convencerles de que allí dentro no les pasaría nada malo, que sus sufrimientos habían terminado, que se les proporcionaría ropa limpia y se les asignaría un trabajo. El punto más delicado del engaño era cuando les explicaban que previamente era necesaria una desinfección: amablemente, un oficial les pedía que se quitaran la ropa y que la dejaran a un lado junto con sus pertenencias antes de entrar en los baños para darse una ducha."

Lo que queda actualmente de las camaras de gas en Auschwitz


NAZIS EN LA MODERNA ALEMANIA. VOLAR EN CÍRCULOS, de John Le Carre

NAZIS EN LA MODERNA ALEMANIA. VOLAR EN CÍRCULOS, de John Le Carre 

    "No quisiera dar la impresión de que pasé mis tres años de diplomático en Alemania despotricando contra viejos nazis en cargos importantes, en una época en que mi Servicio dirigía sus energías a promover el comercio británico y a luchar contra el comunismo. Si de hecho despotricaba contra los viejos nazis —que en realidad no eran tan viejos, teniendo en cuenta que en 1960 apenas había pasado media generación desde Hitler—, era porque me identificaba con los alemanes de mi edad, que para avanzar en la carrera que habían escogido tenían que congraciarse con personas que habían participado en la ruina de su país.
¿Cómo tenía que ser —solía preguntarme—, para un joven político con ambiciones, saber que los peldaños más altos de su partido estaban ocupados por luminarias tales como Ernst Achenbach, que siendo oficial de alto rango de la embajada alemana en París durante la ocupación había supervisado personalmente la deportación masiva de judíos franceses a Auschwitz? Tanto los franceses como los estadounidenses habían intentado procesarlo, pero Achenbach era abogado de profesión y se había procurado algún tipo de misteriosa dispensa. Por eso, en lugar de declarar ante los jueces de Núremberg, había montado un lucrativo bufete, en el que defendía a personas acusadas de crímenes idénticos a los que él mismo había cometido. ¿Qué le parecería a mi joven y ambicioso político tener a Achenbach fiscalizando su carrera? ¿Sencillamente tragaría saliva y sonreiría? Muchas veces me lo preguntaba."

lunes, 27 de marzo de 2017

HOLOCAUSTO. LA SANGRE Y EL ÁMBAR, de David Torres

HOLOCAUSTO. LA SANGRE Y EL ÁMBAR, de David Torres 

    "El Holocausto abre una interrogación fundamental sobre el destino de la cultura europea. Si la civilización occidental (el mismo espléndido árbol que dio la Novena Sinfonía y la Capilla Sixtina, el Quijote y la Declaración de los Derechos Humanos) ha producido en una de sus ramas una abominación como Auschwitz, cabe preguntarse si todo el camino recorrido hasta aquí no estará equivocado. Constatar que hace milenios salimos de la servidumbre de los ciclos biológicos y de la barbarie de la selva para acabar fundando un impecable matadero tecnológico, hace tambalearse todas nuestras convicciones sobre la civilización, la libertad y la cultura."

domingo, 26 de marzo de 2017

LOS INDOMITOS DE LA MONTAÑA, de Dino Buzzatti

LOS INDOMITOS DE LA MONTAÑA, de Dino Buzzatti




    El presente libro es una recopilación de artículos publicados en su día por distintos periódicos como el Corriere de la Sella. Abarcan un amplio periodo de tiempo, desde principios de los años 30 hasta 1971, y en ellos los protagonistas son las montañas y los montañeros que a ellas acuden con diversa intención: escaladores, pastores, excursionistas, arqueólogos, esquiadores, soldados. Los italianos son abrumadora mayoría entre ellos, de manera que el libro empieza con algunas semblanzas de antiguos guías, recordados por Dino con notable admiración. Las montañas que aqui cobran mas protagonismo son las Dolomitas, con unos cuantos artículos dedicados también a la primera ascensión del K2. Se cuentan otras historias alpinas de aquellos años, se ahonda en polémicas, en el Everest, en recuerdos personales e impresiones montañeras, en el muy admirado Comici... Una compañia ideal para cualquier viaje dolomítico porque comprenderemos muy bien, con esas bellezas ante nuestros ojos, el gran flechazo que atrapo el corazón de Dino para toda la vida.

    Este libro es un recuerdo del alpinismo de otros tiempos, de aquellos valores del montañismo que suponen algo más que deporte o acrobacias cronómetro en mano. Buzzatti admira las grandes gestas, mantiene ese lenguaje casi militar para saltar las cumbres, pero lo mejor de él es esa búsqueda personal de la intimidad con las montañas, con vías de escaladas que le llegaron muy dentro no porque las hiciera todo el mundo, sino porque parecían hechas para él y en ellas encontró algo de si mismo que, en ese dia de ascension, ninguna otra montaña te hubiera dado, da igual lo famosa y manoseada que fuera.
    Como lector, el protagonista del libro no han sido los Ardito Desio, Lacedelli, Comici o Bonatti. Tampoco el K2 o las croces dolomíticas. El verdadero placer lo he encontrado en un hombre enamorado de "sus montañas", en esa relación indispensable en la vida que se tiene con ellas, muy personal, emocional. El hombre que las ama porque están allí, por lo que son, por la experiencia que le han proporcionado, y no tanto por lo que pueda obtener de ellas en el futuro. Por ejemplo, en plena II Guerra Mundial, a bordo de un barco de guerra, escribe como las echa de menos, esa libertad  completa vivida en las aristas... De manera que aunque Buzzatti no destaco como alpinista, ni se hizo con un prestigio a través de ellas, las amo con igual pasión. Tiene incluso relatos de ficción (en mi opinion la parte mas floja del libro) como aquel en el  que inventa un futuro donde están prohibidas las montañas. Entra a saco en noticias y controversias del momento como la de Freney 1961. Revive anécdotas, propias y de amigos. Reflexiona sobre tantos problemas que pasan en la montaña: el turismo de masas, los recuerdos de la guerra. Y señala la importancia de esas montañas medianas solo porque están a la sombra de los gigantes que todo el mundo ambiciona; es en esas montañas donde Dino ha encontrado ese placer personal, su propio mundo montañero allí donde apenas va nadie. Lo que digo: unos van a la montaña por ambición, otros para desahogarse de la ciudad o el trabajo. Dino va claramente por puro amor.
    Sus reflexiones sobre el porque de esta atracción irresistible podrá o no convencer, pero son el testimonio de un hombre enamorado.

"¿Qué significaría ahora plantar sobre esa cima un mirador panorámico con servicio de bar para turistas con calzado de paseo? Es difícil decirlo con palabras: o se entiende de inmediato o es inútil preparar discursos. Si no se entiende es que le falta uno una parte del cerebro"

 "El episodio es, sin duda, extraordinario. Desde el primer rellano que corta la terrible muralla, Andrich subió en escalada libre la siguiente pared: más de 30 metros. Empeñado en escalar un extraplomo complicadísimo, cuando intentaba colocar un clavo perdió el apoyo y cayó al vacío. Mientras volaba, consiguió enderezarse: cayó, pero no sobre la roca, si no sobre las suaves ramas de un pino que estaba en el rellano,  y no se hizo nada. Recuerdo haberle preguntado ,también yo:  "y mientras caídas, ¿que se te pasaba por la mente?. "Pensaba en esta foto que llevo siempre en el bolsillo por superchería. "¿Y que fotografía es esa?" Me la enseñó: era de alguien que había muerto en la montaña horroroso, como un fantoche sin esqueleto, tendido de cualquier manera sobre las rocas."

"A veces, cuando leo ciertos libros que hablan de otros tiempos, no puedo evitar pensar lo hermoso que sería poder vivir aquella vida, porque tengo la sensación de que la vida de entonces era infinitamente más plena, rica vivencias humanas, pintoresca e imprevisible. Obviamente todo depende de la ilusión óptica o, simplemente, literaria. Pero la nostalgia de las cosas que no hemos conocido (y esta es la única explicación) es intensa."

    "¿Carece el alpinismo de utilidad práctica? ¿es peligroso el alpinismo? ¿tiene algo de irracional? Sí, de acuerdo. Pero con este rasero se reduce al de ser humano a una simple máquina pensante. Aplicando este rasero nunca habría nacido la aviación, nunca habría intentado el hombre ir al espacio y la mitad de la Tierra estaría aún sin explorar."

"...la consiguiente necesidad de encontrar apoyo en cualquier cosa que esté por encima de lo humano, ennoblecen sin duda el alpinismo propiamente dicho: privado de tal sentimiento, el alpinismo se mide con el mismo rasero que cualquier otro deporte de riesgo como el motociclismo, la equitación o el salto mortal"

    LOS INDOMITOS DE LA MONTAÑA, de Dino Buzzatti, 324 paginas en Editorial Gallo Nero,, año 2016

viernes, 24 de marzo de 2017

AMOR FRUSTRADO. SANGRE Y ÁMBAR, de David Torres

AMOR FRUSTRADO. SANGRE Y ÁMBAR, de David Torres 

    "Sus claros ojos azules chispearon en un reflejo de la sonrisa que le cruzaba por la cara.
—Cuando doy conferencias, cuando cuento mis experiencias de la guerra en los colegios, los chavales siempre me preguntan lo mismo. Me preguntan si tenía novia, cómo era hacer el amor bajo la urgencia de la muerte, cuando una bomba podía matarte en cualquier momento. Yo les cuento la verdad: que por aquel entonces yo no sabía aún lo que era hacer el amor, que ni siquiera tenía novia. Les digo que tener diecisiete años en 1944 no era como tenerlos ahora. Con diecisiete años yo no sabía casi nada de sexo. Pero no lo entienden. No lo entienden.
Alzó de nuevo la cabeza al cielo, una racha de viento le levantó un mechón de cabellos pero esta vez no se molestó en volver a peinarse. El recuerdo llegó volando a través de las nubes grises, de palabras y de años, muy, muy lejos. Calló unos instantes y cuando volvió a hablar de nuevo su voz no cambió el registro ni se ensombreció. Era la misma pronunciación impecable, correcta y modulada, no tocada por la emoción, la voz de un viejo y respetuoso caballero charlando con una hermosa mujer. Pero el azul de las pupilas se había oscurecido, había tomado el mismo color de herrumbre de aquellas nubes que se desplazaban sobre nosotros como estatuas rotas.
—Había una chica en mi regimiento. Se llamaba Halina. Era muy joven, más joven que yo. Un día me dijo que teníamos que acostarnos juntos. Yo no supe qué decirle, le dije que no era el momento ni el lugar, que estábamos en medio de una guerra. Ella respondió: «Ryszard, no esperemos más. Mira que mañana podemos estar muertos.» Pero yo no acababa de decidirme, me daba vergüenza, le decía: «Halina, ¿dónde vamos a hacerlo?» Y ella me señalaba a algunas parejas de soldados de los que sospechaba que se acostaban juntos. «Mira —me decía—. Esos dos ya lo han hecho. Se nota cuando están juntos.»
Ryszard se detuvo y por primera vez titubeó. Masticó algo en el aire mientras buscaba las palabras con que seguir.
—Un día los alemanes tomaron el distrito de Czerniaków, el que nosotros defendíamos. No podíamos quedarnos allí por más tiempo, nos ordenaron replegarnos hasta otro sector para continuar la lucha. En la retirada teníamos que cruzar una barricada descubierta. Pasamos uno a uno, bajo el fuego alemán, pero cuando cruzó Halina una ráfaga la alcanzó en el pecho y la mató. —Se detuvo otra vez. Sus ojos eran dos pliegues sin luz—. Entonces me arrepentí de no haberme acostado con ella. Porque ella murió sin saber lo que era el amor. No lo probó nunca. Sólo era una niña, ¿entienden?
Miró a Aśka, intentó sonreír, levantó la cabeza al cielo y el viento alborotó sus cabellos en un remolino blanco. El silencio que lo envolvió entonces se extendió más allá de la ciudad, de las pisadas de los transeúntes que cruzaban la plaza y de los ruidos del tráfico. Más que nunca, el perfil augusto de su cabeza recordaba otro guerrero de bronce.
—Era muy guapa —dijo."
Varsovia

jueves, 23 de marzo de 2017

EL EIGER. AL FILO DE LA ESCALADA, DE Cesar Pérez de Tudela

EL EIGER. AL FILO DE LA ESCALADA, DE Cesar Pérez de Tudela 

    "Recuerdo el Eiger  de una forma casi estática, como un fulgor especial que ilumina mi vida al tiempo que me infundió mayor responsabilidad y respeto por mí mismo y por lo que me rodeaba. Me retiré de los Alpes con los pies helados. Cuando, ya de regreso en un restaurante de Chamonix, unos guías franceses supieron que venía de haber subido la norte drl Eiger, me cedieron el paso con respeto como si llegara de las estrellas. El Eiger me fortaleció y me hizo algo más sabio. Sus enseñanzas supusieron para mí un tesoro de valor incalculable. Así lo siento incluso hoy,  más de 40 años después"
La ascension del Eiger a la izquierda

EUROPA. SANGRE Y ÁMBAR, de David Torres

EUROPA. SANGRE Y ÁMBAR, de David Torres 

    "Europa no era sólo la danza mozartiana y la canción de la alegría beethoveniana sino también los sombríos adagios de Mahler y los scherzos salvajes de Shostakóvitch, los guetos, las matanzas religiosas, las ciudades bombardeadas, los pogromos, los campos de concentración, los tiros en la nuca, las deportaciones en masa. Europa era también los judíos expulsados a patadas de sus casas, los gitanos en sus carromatos de feria, apedreados en todas las aldeas, los armenios, los kurdos, las etnias borradas del mapa, los cientos y cientos de pueblos masacrados de los que no queda ni rastro y sobre cuyos huesos se han edificado naciones y palacios. El sueño de Carlomagno y de Napoleón abortado en la pesadilla genocida de Hitler y de Stalin. Más que un racimo de estrellas sobre fondo azul, la Unión Europea merecería un rosario de cruces de cementerio, una estrella judía tachada, un charco de sangre seca, un campo de batalla, un montón de mierda barrida bajo la alfombra, una especie al borde de la extinción pastando al borde del tercer milenio. Una etiqueta de vodka."
Cracovia

miércoles, 22 de marzo de 2017

VIDA Y ÉPOCA DE MICHAEL K, de J. M. Coetzee

VIDA Y ÉPOCA DE MICHAEL K, de J. M. Coetzee 

    "Había momentos, sobre todo por la mañana, en que el júbilo le invadía al pensar que él, solo e ignorado, estaba haciendo florecer esta granja abandonada. Pero después del júbilo, a veces llegaba una preocupación que tenía una conexión incierta con el futuro; y entonces solamente el trabajo duro podía salvarle de caer en la tristeza."

COPERNICO. SANGRE Y ÁMBAR, de David Torres

COPERNICO. SANGRE Y ÁMBAR, de David Torres 

    "Sentado frente al Palacio Staszic, sede de la Academia Polaca de Ciencias, Copérnico continúa enfrascado en algún insondable enigma cosmológico. En una mano sostiene un instrumento de medición; en la otra, un modelo a escala del sistema solar. Parece muy ocupado y ni siquiera se molesta en sacudirse la nieve de los hombros. Astrónomo, matemático y médico, fue Copérnico quien desplazó a la Tierra de su lugar de privilegio en el centro del Universo, pero la mayoría de la gente cree que ese honor corresponde a Galileo.
—En eso los polacos y los españoles nos parecemos mucho —comenté, pisoteando fuerte para hacer entrar los pies en calor.
—¿En qué? —preguntó Aśka.
—En que no sabemos exportar nuestros genios.
—Tienes razón. Una de las primeras cosas que hicieron los alemanes cuando entraron en Varsovia, fue colocar una placa debajo de la estatua de Copérnico que decía: «Astrónomo alemán.»"

martes, 21 de marzo de 2017

LOS NAUFRAGOS DEL BATAVIA, de Simon Leys

    "Si, al comienzo, las primeras iniciativas de Cornelisz se habían correspondido con las necesidades reales de la pequeña comunidad de los supervivientes, ahora, por el contrario, solo apuntaban a la consolidación de su poder personal, y en adelante se antepondría este imperativo a cualquier otra consideración. Sus actuaciones iban paulatinamente a hacerse cada vez más monstruosas, pero no eran en absoluto irracionales: las inspiraba una lógica implacable, la del control absoluto que tenía que mantener sobre todo su pequeño reino. Por el momento, su principal problema era que los amotinados todavía no constituían más que una muy débil minoría: apenas una sexta parte de la población de la isla. Para rectificar esta peligrosa desproporción, concibió una solución radical; simplemente había que reducir el número de supervivientes. Y a partir de este momento se aplicó a esta tarea con todo su ingenio. Invocando la falta de espacio y de recursos del Cementerio, Cornelisz organizó un traslado de población hacia los otros dos islotes, prometiendo a los deportados que disfrutarían allí de unas condiciones de vida mejores, cuando, en realidad, su plan era abandonarles para que muriesen de hambre y de sed."


EN LA PATAGONIA. AL FILO DE LA ESCALADA, de Cesar Pérez de Tudela

EN LA PATAGONIA. AL FILO DE LA ESCALADA, de Cesar Pérez de Tudela 

  "En el libro 'Patagonia, tierra de gigantes' publicado por Desnivel describo con más detalle mis sentimientos y las circunstancias de aquella tragedia. Lo escribí en honor de Fernando Martínez Pérez 35 años después de su muerte. En el verti todos mis recuerdos, buscando en mi conciencia vestigios no desvelados, ayudado por la metodología fenomenológica que me permitió saber lo que verdaderamente sentía y pensaba mientras Fernando moría y las avalanchas caían sobre nosotros, penetrando en ese misterio que somos para nosotros mismos, en un recuerdo retrospectivo, sometido casi a la hipnosis que me generaba la vivencia"

lunes, 20 de marzo de 2017

TREBLINKA. LA SANGRE Y EL ÁMBAR, de David Torres

TREBLINKA. LA SANGRE Y EL ÁMBAR, de David Torres 

    "Si veo cómo disparan a un niño judío un tiro en la cabeza, ¿me dolerá a mí? Si fusilan a un pobre polaco, ¿sentiré algo? Si le cortan un dedo a alguien a quien jamás he visto, ¿notaré en las entrañas un acorde de compasión, de rabia, de miedo? Si le cortan un dedo a mi amigo, a mi hermano, a mi hijo, ¿dolerá entonces? ¿Dónde empieza el dolor? ¿Hasta dónde alcanzan nuestros dedos?
(...)
    Aśka se agacha junto a una de las piedras del cementerio judío , donde una llamita se retuerce, protegida del viento gracias a una concavidad de la roca. Apenas la alza en sus manos, la vela se apaga, un hilo de humo blanco se esfuma en el aire. Me pide el mechero y vuelve a encender la llama, que no durará mucho. A un lado, llena de ofrendas y velas apagadas, hay una lápida con la siguiente inscripción:
JANUSZ KORCZAK
HENRYK GOLDSZMIT
I DZIECI
    Janusz Korczak es el pseudónimo de Henryk Goldszmit, un doctor polaco de origen judío nacido en 1878. I dzieci quiere decir «y los niños». Korczak los adoraba, toda su vida trabajó con ellos y escribió para ellos historias y cuentos infantiles. Dirigía un orfanato, en el verano de 1942, cuando los alemanes entraron para llevarse a los pequeños a Treblinka. Korczak quiso acompañarles, viajó con ellos en el tren, cantándoles canciones, y cuando llegó el momento, entró con sus huérfanos de la mano a la cámara de gas. Esperó el final contándoles cuentos.
Delante de aquella piedra supe hasta donde llegaban mis dedos."


sábado, 18 de marzo de 2017

SOLIDARIDAD. LA SANGRE Y EL ÁMBAR, de David Torres

 SOLIDARIDAD. LA SANGRE Y EL ÁMBAR, de David Torres 

    "El 17 de diciembre, en Gdynia, ordenaron disparar descargas de fusilería contra una muchedumbre de trabajadores que se dirigía a sus puestos de trabajo. Fue una auténtica matanza que levantó una oleada de protestas en todo el norte de Polonia. El régimen se tambaleó, pero la rebelión todavía no estaba lo bastante madura para dar sus frutos. En 1980, los líderes sindicales acordaron crear un único sindicato nacional llamado Solidarność (Solidaridad), un verdadero ejemplo de asociación dinámica regida mediante estructuras democráticas. Unos meses después contaba con nada menos que ocho millones de afiliados: un tercio de la población adulta del país. Las banderas, las pintadas con las apretujadas letras rojas se convirtieron en parte del paisaje cotidiano de Polonia: una dura espina clavada en la misma garganta del león soviético.
Bajo las altas cruces de acero cayeron las tres primeras víctimas de las revueltas de 1970. Diez años después se convirtió en el lugar de reunión donde empezaban las manifestaciones de Solidarność. Hoy los astilleros de Gdańsk están en bancarrota y su actividad ha sido reducida al mínimo después de que fuesen adquiridos por el vecino astillero de Gdynia. El precio de la libertad, por el que tanto se luchó tras estas vallas, ha sido demasiado alto: los raíles de acero se herrumbran entre las hierbas, las oficinas van perdiendo postigos y ventanas, las grúas alzan inútilmente sus brazos a un cielo encapotado...
El primero de los mapas parece la página inicial con la que se abren todos los tebeos de Astérix: Hungría, Bulgaria, Checoslovaquia, Polonia, Rumanía, Ucrania, Yugoslavia, Letonia, Estonia, Lituania, Bielorrusia, todo un inmenso territorio, desde Albania hasta el mar Báltico, se halla bajo el poder del águila soviética. ¿Todo? No, en la esquina superior del mapa, unos pequeños astilleros resisten la hegemonía del despiadado invasor. El hombre que los conduce, un electricista de treinta y siete años, es un tipo valiente y bajito, al igual que el cabecilla de los galos. Verdaderamente Wałęsa parecía, con su bigote, su sonrisa y sus mofletes, un pequeño y rechoncho Astérix polaco...
—No olvides la tozudez —añadió Aśka—. Wałęsa era terco como él solo. Por eso llegó tan lejos como llegó. Porque era bruto y desconfiado y jamás daba su brazo a torcer. No negociaba nada.
Para Wałęsa una negociación con las autoridades consistía básicamente en dar cabezazos contra la pared. Repetir y repetir las mismas demandas, sin ceder en un solo punto, hasta la saciedad. Lo lógico hubiese sido que se hubiese roto la cabeza, pero el líder de Solidaridad no obedecía a la lógica y además tenía la cabeza demasiado dura. Lo que se rompió fue el Muro. Aquella reedición de la lucha desigual entre David y Goliat llevó de repente a Polonia al centro de los informativos...
El momento en que, desafiando la prohibición de las autoridades, saltó la verja de los astilleros de Gdańsk, mientras una multitud de obreros coreaba el diminutivo de su nombre, es algo así como el paso del Rubicón en la historia contemporánea de Polonia. Todavía puede contemplarse ese momento extraordinario, tal cual sucedió, en la exposición permanente de Solidarność sobre la rebelión de los trabajadores navales. Es una de esas escenas que no parece verdad, que pone los pelos de punta, al igual que esa otra, cuando Wałęsa salió de las oficinas de los astilleros después de la firma y avanzó abriendo un pasillo entre la muchedumbre que gritaba y lloraba de alegría. Son instantes donde se siente el peso inmenso de la Historia gravitando sobre la espalda de un solo hombre, un hombre que da un paso tras otro entre riadas de gente,"

Museo de Solidaridad, en Gdansk

GDANSK. LA SANGRE Y EL ÁMBAR, de David Torres

GDANSK. LA SANGRE Y EL ÁMBAR, de David Torres 

    "La herencia germánica resuena a cada paso: la ciudad cayó bajo el control de la Orden Teutónica en 1308; en 1466 los polacos la recuperaron, aunque la perdieron en 1793, después de la Segunda Partición, en que pasó al dominio prusiano. En Versalles, Polonia tuvo que conformarse con que rebautizaran su salida natural al mar con el nombre de Danzig, ciudad que se convirtió en una ciudad libre bajo el gobierno de la Sociedad de Naciones. Finalmente, el corredor polaco fue la excusa que buscó y obtuvo Hitler para la invasión de Polonia. Es difícil de creer, mientras pisamos estas calles charoladas por la lluvia, que estemos en una ciudad del fin del mundo: aquí, al borde del Báltico, empezó la mayor catástrofe que la humanidad ha conocido y después se abrió la primera grieta en el sistema soviético. Durante el siglo XX, en Gdańsk, el mundo tal y como lo conocíamos terminó dos veces."


La destruccion de la II Guerra mundial y la reconstrucción actual del centro del Gdansk

viernes, 17 de marzo de 2017

BORN TO RUN, de Bruce Springsteen

BORN TO RUN, de Bruce Springsteen 

    "Con Pinochet todavía en el poder, tocamos en la frontera argentina con Chile, en la ciudad de Mendoza. Cuando nos acercábamos al lugar del concierto, las «madres de los desaparecidos», cuyos seres queridos habían sido arrebatados de sus casas y de las calles en los años de la dictadura de Pinochet, esperaban junto a la carretera con carteles que mostraban fotos de sus seres queridos desaparecidos. Los rostros de esas mujeres mostraban las huellas de unas terribles experiencias de las que los estadounidenses simplemente no teníamos ni idea, ni posibilidad de comprenderlas, y que eran la prueba de la inquebrantable voluntad humana, el deseo y la primaria necesidad de justicia.
La gira de Amnistía Internacional me hizo sentir agradecido por haber nacido en Estados Unidos, en un pueblo pequeño, reprimido, reaccionario, un pueblo cochambroso con una sola boca de incendios pero un pueblo que amaba y donde, a pesar de la presión social de los ignorantes y los intolerantes, podías andar y hablar libremente sin temer por tu vida y tus piernas (mayormente)."

VOLAR EN CÍRCULOS, de John Le Carre

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JOHN LE CARRE Y GRAHAM GREENE. VOLAR EN CÍRCULOS, de John Le Carre 

    "Pero el más impresionante de los desertores literarios del MI6 es sin duda Graham Greene, aunque dudo que supiera lo cerca que estuvo de seguir las huellas de Mackenzie hacia los tribunales del Old Bailey. Uno de mis recuerdos más preciados de finales de los años cincuenta es un café que tomé con el abogado del MI5, en la excelente cantina de los servicios de seguridad. Era un tipo de aspecto bonachón, aficionado a fumar en pipa, que parecía más un abogado de familia que un burócrata, pero aquella mañana estaba profundamente afligido. Había llegado a su mesa un ejemplar de Nuestro hombre en La Habana, antes de su publicación, y ya iba por la mitad. Cuando le dije que envidiaba su suerte, soltó un suspiro y negó con la cabeza.
—A ese tipo, Greene —replicó—, habrá que llevarlo a juicio.
Utilizando la información adquirida como oficial del MI6 en tiempos de guerra, había relatado con precisión las relaciones entre un jefe de oficina local en una embajada británica y un agente de campo.
—Y el libro es bueno —se quejó—. Es condenadamente bueno. Ahí está el problema.
A partir de entonces, examiné todos los periódicos en busca de la noticia del arresto de Greene, pero no la encontré. Quizá los barones del MI5 decidieron, después de todo, que era mejor reír que llorar. Veinte años más tarde, Greene les pagó su acto de clemencia con El factor humano, que los retrataba no solamente como idiotas, sino como asesinos. Pero el MI6 le había hecho una advertencia. En el prólogo de El factor humano, Greene se toma el trabajo de asegurarnos que no ha infringido la Ley de Secretos Oficiales. Si buscáis un ejemplar de las primeras ediciones de Nuestro hombre en La Habana, veréis una declaración similar.
Aun así, la historia enseña que nuestros pecados se olvidan con el tiempo. Mackenzie acabó sus días con un título de caballero, y Greene, con la Orden del Mérito.
—En una de sus novelas, señor —me dice con total seriedad un periodista estadounidense—, uno de sus protagonistas afirma que jamás se habría convertido en traidor si hubiera sabido escribir. ¿Podría decirme en qué se habría convertido usted si no hubiera sabido escribir?
Mientras pienso una respuesta poco comprometida a esa peligrosa pregunta, me planteo si nuestros servicios secretos deberían estar agradecidos, después de todo, a sus desertores literarios. En comparación con el jaleo que habríamos podido montar por otros medios, escribir ha sido tan inofensivo como jugar con bloques de construcción. ¿Cuántos de nuestros atormentados espías habrían preferido que Edward Snowden escribiera una novela?"
G Greene/L le Carre

jueves, 16 de marzo de 2017

REFLEXIONES. AL FILO DE LA ESCALADA, de Cesar Pérez de Tudela

REFLEXIONES. AL FILO DE LA ESCALADA, de Cesar Pérez de Tudela 

    "Las actividades de montaña provocan hondos y prolongados sufrimientos en aquellos que la realizan. Pero suponen una contribución para lograr la redención de nuestra natural poquedad. Es esta una curiosa purificación: yo después de pasar más de 50 años en los precipicios alpinos buscando las razones para estas actividades tan irracionales, es ahora cuando creo haberlas encontrado. En mi caso, hace ya mucho tiempo que no responden a batir las marcas deportivas: no me interesan los records ni los logros con reconocimiento social. Yo busco vivencias, enriquecerme con experiencias. Creo que soy más cuanto más he vivido: fundamentalmente lo que me ha pasado y lo que he superado. Supone la trascendencia.  Yo creo sinceramente que esto es así en muchos casos, pero casi nadie estudia ese tema apasionante. Hay que recurrir al Idealismo Alemán, a Kant, a Hegel, a Nietzsche, a Heidegger. Para mí el tema resulta tan interesante que lo trato en mi libro ¿Era necesario morir? que público Desnivel en 2015"
Cho La, Khumbu, Nepal

VOLAR EN CÍRCULOS, de John Le Carre

VOLAR EN CIRCULOS, de John Le Carre

    "Las personas que están en el epicentro de los acontecimientos, en mi limitada experiencia, no saben muy bien lo que pasa a su alrededor. El hecho mismo de estar en el epicentro dificulta mucho las cosas. Hizo falta que un visitante norteamericano fuera a Moscú para preguntarle a Primakov (Ministro de Asuntos Exteriores y Presidente del Gobierno de Rusia)  con qué personaje de mis novelas se identificaba.
—¡Con George Smiley, por supuesto!"

John le Carre en su casa

martes, 14 de marzo de 2017

PALESTINA. VOLAR EN CÍRCULOS, de John Le Carre

PALESTINA. VOLAR EN CÍRCULOS, de John Le Carre 

    "De los campamentos de refugiados, recuerdo los de Rashidiya y Nabatiye, verdaderas ciudades. El de Rashidiya es famoso por su equipo de fútbol. El campo es de tierra y lo han bombardeado tantas veces que no es posible programar partidos con anticipación. Varios de sus mejores futbolistas son mártires de la causa. Sus fotografías están expuestas entre las copas plateadas que ganaron. En Nabatiye, un viejo árabe en túnica blanca se fija en mis zapatos marrones ingleses y distingue un aire colonial en mi manera de andar.
—¿Usted es británico, señor?
—Soy británico.
—Lea esto.
Saca un documento del bolsillo. Es un certificado impreso en inglés y firmado por un funcionario británico del Mandato, que confirma al portador como legítimo propietario de una parcela con un bosquecillo de olivos en las afueras de Betania. Está fechado en 1938.
—El portador soy yo, señor. Ahora mírenos y vea en lo que nos hemos convertido"

lunes, 13 de marzo de 2017

ACONCAGUA. AL FILO DE LA ESCALADA, de Cesar Pérez de Tudela

ACONCAGUA. AL FILO DE LA ESCALADA, de Cesar Pérez de Tudela 

    "La ascensión del Aconcagua hace más de 40 años era una aventura que nada tiene que ver con los hechos deportivos que en los últimos años del siglo XX y lo que llevamos de siglo XXI tienen lugar allí. Aquello era aventurarse, adentrándose en territorios desconocidos sin gente, sin información, sin saber cómo se podría comportar el organismo en las distintas alturas, entre el viento y las tormentas imprevisibles, orientándose por uno mismo y buscando refugio"
cesar perez de tudela entrevista a fernando garrido en cima aconcagua

VOLAR EN CÍRCULOS, de John Le Carre

ALEMANIA en VOLAR EN CIRCULOS, de John Le Carre

    "Cuando comenzó la era Baader-Meinhof en Alemania, yo fui uno de los que no se sorprendieron. Para muchos jóvenes alemanes, el pasado de sus padres había sido enterrado, negado o simplemente condenado a la inexistencia a base de mentiras. Algo tenía que estallar en algún momento, y así sucedió. Y no fueron simplemente unos pocos «elementos alborotadores». Fue toda una generación airada de frustrados hijos e hijas de la clase media, que se acercaron de puntillas a la refriega y proporcionaron a la primera línea de terroristas apoyo logístico y moral.
¿Podría pasar algo similar en Gran Bretaña? Hace tiempo que hemos dejado de compararnos con Alemania, tal vez porque ya no nos atrevemos. La emergencia de la Alemania moderna como una potencia segura de sí misma, nada agresiva y democrática —por no mencionar su ejemplo humanitario—, es una realidad difícil de digerir para muchos de nosotros en Gran Bretaña. Es triste que así sea y llevo mucho tiempo lamentándolo."

RESCATE EN LA MONTAÑA. AL FILO DE LA ESCALADA, de Cesar Pérez de Tudela

RESCATE EN LA MONTAÑA. AL FILO DE LA ESCALADA, de Cesar Pérez de Tudela 

    "Nada pude hacer por aquellos valientes. Tenían la cabeza destrozada y se hallaban suspendidos en el aire, sujetos por sus propias cuerdas. Tratar de rescatar sus cadáveres supuso para mí un arriesgado ejercicio circense, balanceandome junto a ellos sobre el impresionante vacío. Pedro Udaondo miraba aterrorizado si no te vas a decir nada. Se me ocurrió que los compañeros de arriba tirarán enérgicamente de la única línea de cuerdas, unidas a un cordino por lo que Unaondo y yo habíamos sido descolgados. Pero resultó imposible. Al final, tras consultarlo con quienes permanecían en lo alto, decidí cortar las cuerdas que lo sujetaban a la pared. Con aquellos elementales medios, su salvamento tampoco podría haberse llevado a cabo de haber estado vivos. Los cuerpos de Ortiz y Berrio cayeron 400 metros hasta el fondo de la Canal de la Celada, donde fueron guardados en unas bolsas destinadas a esos fines"




domingo, 12 de marzo de 2017

AL FILO DE LA ESCALADA, de Cesar Pérez de Tudela

AL FILO DE LA ESCALADA, de Cesar Pérez de Tudela 

    "Una expedición es una combinación de ilusión, previsión y esfuerzo, todo lo contrario a la seguridad y comodidad, conceptos tan arreglados en la vida moderna en la sociedades occidentales. Es el deseo de vivir con intensidad para ganar reflexiones y experiencias. En mi caso es también para comunicarlos a los demás y contribuir a crear inquietudes y abrir nuevos caminos."
Campamento de Concordia, en el Glaciar de Baltoro, Pakistán

viernes, 10 de marzo de 2017

LA VERDADERA VIDA A BORDO DE UN GALEON

    "...Samuel Johnson resumió perfectamente este sentimiento: «Ningún hombre se hará nunca marinero si encuentra alguna manera de que lo envíen a prisión. Pues la vida a bordo de un barco es ni más ni menos la de una cárcel, con el riesgo añadido de morir ahogado». Y era, efectivamente, una vida de una inimaginable brutalidad; el catálogo de sus horrores es interminable: la desagradable fetidez (a bordo del Batavia no había, para más de trescientas personas, más que cuatro letrinas, dos de ellas a cielo abierto y directamente barridas por el rocío del mar; solo la élite de la gran cabina tenía derecho además a un servicio de orinales), la promiscuidad, la falta de aire y de espacio, la perpetua humedad, el calor, el frío, las ratas, los parásitos, la mugre (para economizar el agua dulce, los marineros se veían obligados a veces a lavar su ropa blanca con su propia orina), los víveres estropeados, enmohecidos o rebosantes de gusanos, el agua estancada, la grosería de los compañeros de a bordo, la ferocidad sádica de la disciplina, la amenaza perpetua y aterradora del escorbuto, que hinchaba y podría las carnes de sus víctimas, transformando estas en cadáveres ambulantes antes incluso de rematarlas (a bordo de los navíos que hacían la ruta de Insulindia el escorbuto se llevaba una media de veinte a treinta hombres por viaje)"

Reproduccion de un velero en el puerto de Goteborg, Suecia
LOS NAUFRAGOS DEL BATAVIA, Anatomia de una masacre, de Simon Leys

COLGADOS EN EL VACÍO. AL FINAL DE LA ESCALADA, de Cesar Pérez de Tudela.

COLGADOS EN EL VACÍO. AL FINAL DE LA ESCALADA, de Cesar Pérez de Tudela 

"En una postura y muy incómoda, a unos 300 metros del suelo, descansamos colgados de dos clavijas. Allí no podíamos ni intentar dormirnos. Frasco, ¿porque escalas?- le pregunté a mi compañero.
-No lo sé- respondió-. Creo que es importante,  me hace ser fuerte, pero también me gusta mucho dibujar y entonces no paso tanto miedo.
-Si, tienes razón; esto del alpinismo es gracioso, los fortalece, pero llegas a aborrecer estos precipicios. A veces sobrecoge el ánimo. He de confesarte que hoy he pasado mucho miedo.
-Hoy has escalado como un maestro- me replicó. -Pero lo hice para poder subir, no me siento orgulloso, solamente he ejercitado mi oficio.  Quiero cumplir mi objetivo y llegar a la cima.
Los párpados se nos fueron cerrando y, cuando me di cuenta, Frasco estaba inclinado hacia el abismo, como si fuera a caerse.
-¡Frasco, despierta!- le grité.
La noche si nos hizo muy larga, tiritando y añorando el sol que el día anterior nos quemaba. Las horas pasaban lentamente"

jueves, 9 de marzo de 2017

LA ESENCIA DE TODO. AL FILO DE LA ESCALADA, de Cesar Pérez de Tudela

    LA ESENCIA DE TODO. AL FILO DE LA ESCALADA, de Cesar Pérez de Tudela 

    "Entonces, ¿debemos respetar aquello en lo que hemos fracasado? Lo más difícil de llegar al límite es regresar de él, haciendo y viviendo precisamente en lo que se teme. ¿El éxito tras los fracasos es más grande? Debo liberarme todavía más y correr hacia mí mismo. ¿Tengo que seguir confiando en todo aquello que sea difícil? Pero ahora ya temo sufrir por el frío, la soledad y el esfuerzo. Y sé que el sufrimiento es imprescindible para atreverse a hacer lo que parece imposible.
Esta es mi reflexión. En ella está mi secreto. Os la traslado a vosotros por si la queréis aceptar. ¿Pero para que necesitamos sufrir? ¿No es acaso el placer y la comodidad el horizonte de los seres vivos? ¡No! Creo que el placer se siente en la paz. Hay que alcanzar la redención, llegando a las profundidades del propio ser. Esa teoría la sostuvo Junger, el gran filósofo alemán, en su Heliópolis.
(...) El afán de la aventura se esconde en el fondo del alma. La vida es un misterio y poco razonables los motivos que alegan quienes se aventuran en los peligros de las altas montañas.  Este es mi caso...
Pujante es mucho más joven que yo y escalo el Everest por el Nepal pero quiere repetirlo por el Tibet sin oxígeno. Mi reto es más modesto. Yo solo quiero volver para llenarme de luz y bajar para contarlo. Así pagaré y redimire mis pecados de orgullo buscando esa bondad fundamental para vivir con dignidad"



martes, 7 de marzo de 2017


AL FILO DE LA ESCALADA,  de Cesar Pérez de Tudela


    Si tuviera que ir alguien a rescatarme en alguna aventura, creo que este legendario aventurero seria uno de mis preferidos para que me ayudara a salir del marrón. César es una leyenda del tema en España, por ser uno de los primeros en hacerlo de una manera profesional, de contarlo ante los medios de masas que se iniciaron en España con un lenguaje audiovisual. Es de los que nos acercaron, junto a unos pocos más (Miguel de la Quadra Salcedo, Rodriguez de la Fuente, etc), el resto del mundo a un territorio atrasado. Siempre arrastró la fama de ser un poco "iluminado" por las experiencias místicas que de vez en cuando ha contado. Pero el autor es hijo de su tiempo, y cuando se nace en 1931 y te has formado en el antiguo régimen franquista, estamos hablando de alguien que podría ser nuestro abuelo o nuestro padre. En el libro se alude a estas experiencias, pero no se hace de ellas un mundo. También se notan los valores de aquella época en la narración. Una forma de narrar que va con la sinceridad por delante y bastante idealismo (en el libro no hay una defensa obcecada de aquel régimen que le cedió, y también le quitó, protagonismo. En entrevistas que dio a lo largo de los años da su versión del franquismo, bastante benevolente y seguramente es la parte de él que menos interesa, pero ahí esta, por ejemplo en el enlace de aquí).
    
    Un hombre de 40 años posiblemente hubiera hecho muchas de sus aventuras (los medios y la financiación nos hacen correr mas rápidos de un lugar a otro, hacer de determinadas aventuras una tabla rasa donde en tiempos de Cesar eran una sucesión de obstáculos que te ponen a prueba mucho mas como persona integra que como escalador profesional) en mucho menos tiempo, las contaria de un modo mucho más actual, sería trending topic en varias redes sociales a la vez. Pero César es de otra época, y de otra pasta. Tal vez una reliquia que desea ser reconocida antes de desaparecer. Pero otros no lo merecen tanto como él. Su nombre es el un escalador, alpinista, rescatador, periodista de guerra, parapentista, doctor en ciencias de la información, policia y aventurero (seguro que algo me dejo, pero en el libro te lo cuenta).

    La vida de Cesar Pérez de Tudela destaca también como no he visto hasta ahora por el salvamento de gente accidentada o de cadáveres en lugares peligrosos o francamente inaccesibles. Destaca por ir por el camino que es el suyo aunque vaya solo. Siempre me llamó la atención que el fulgor de su estrella en portadas de periódicos, revistas y programas de TV se apagara poco a poco mientras otros ocupaban esas parcelas. Un mundo sustituido por otro. Es cierto que Cesar tiene un concepto elevado y orgulloso de si mismo, el de alguien que no se "compra", y normalmente son valoraciones altas que se deben contrastar con otras fuentes. Pero como no tenemos acceso a ellas de primera mano, de veraz mano, me conformo con lo que él dice, y lo valoro muy positivamente frente un mundo de pura apariencia mediática y conformación con las opiniones de mercado.
    Otra reflexión que me ha provocado su lectura es la de que hay algo similar con Bonatti: llegado un punto, compagina la escalada con otras aventuras de exploración por el mundo menos visitado. Es el caso de viajes por islas de Indonesia, Filipinas, volcanes perdidos en la selva ecuatoriana o lanzarse en parapente. Actividades que compiten con la escalada y el alpinismo. Estas memorias repasan, para que no se pierdan en el olvido, sus grandes hitos en su momento: vias en el Urriellu, el Eiger, otras más implacables como el Aconcagua, etc. La obsesión por el Everest, la norte de Lavaredo, el Badile, el Hindu Kush...  Una vida envidiable por su variedad aunque no por la gente que ha ido quedando por el camino... A estas alturas, Cesar, enfermo de cáncer, ya es un superviviente de otras épocas y aventuras y esta con nosotros para contarlo muy amenamente, cronológica y ordenadamente. Con sus entusiasmos, fracasos y decepciones: Denali, Roca de Gibraltar, Guerra de Vietnam, el Annapurna, el Cotopaxi o el monte Sarmiento... una lista muy extensa de aventuras!!!!!. Echenle unas cuantas tardes, olvídense de la política y otros temas que no son el objeto de este blog ni de este libro, que todo lo empeña, porque merece la pena el testimonio: habra otros mas salvajes, pero muy pocos tan personales. Acérquense a esa parte digna de la historia de España que es César.


"Entonces, ¿debemos respetar aquello en lo que hemos fracasado? Lo más difícil de llegar al límite es regresar de él, haciendo y viviendo precisamente en lo que se teme. ¿El éxito tras los fracasos es más grande? Debo liberarme todavía más y correr hacia mí mismo. ¿Tengo que seguir confiando en todo aquello que sea difícil? Pero ahora ya temo sufrir por el frío, la soledad y el esfuerzo. Y sé que el sufrimiento es imprescindible para atreverse a hacer lo que parece imposible.
Esta es mi reflexión. En ella está mi secreto. Os la traslado a vosotros por si la queréis aceptar. ¿Pero para que necesitamos sufrir? ¿No es acaso el placer y la comodidad el horizonte de los seres vivos? ¡No! Creo que el placer se siente en la paz. Hay que alcanzar la redención, llegando a las profundidades del propio ser. Esa teoría la sostuvo Junger, el gran filósofo alemán, en su Heliópolis."


"(...) El afán de la aventura se esconde en el fondo del alma. La vida es un misterio y poco razonables los motivos que alegan quienes se aventuran en los peligros de las altas montañas. Este es mi caso...
Pujante es mucho más joven que yo y escalo el Everest por el Nepal pero quiere repetirlo por el Tibet sin oxígeno. Mi reto es más modesto. Yo solo quiero volver para llenarme de luz y bajar para contarlo. Así pagaré y redimire mis pecados de orgullo buscando esa bondad fundamental para vivir con dignidad"


"Una expedición es una combinación de ilusión, previsión y esfuerzo, todo lo contrario a la seguridad y comodidad, conceptos tan arreglados en la vida moderna en la sociedades occidentales. Es el deseo de vivir con intensidad para ganar reflexiones y experiencias. En mi caso es también para comunicarlos a los demás y contribuir a crear inquietudes y abrir nuevos caminos"

    Solo al final del libro refleja un valioso testamento vital y una emotiva despedida de todos nosotros:

    "Las actividades de montaña provocan hondos y prolongados sufrimientos en aquellos que la realizan. Pero suponen una contribución para lograr la redención de nuestra natural poquedad. Es esta una curiosa purificación: yo después de pasar más de 50 años en los precipicios alpinos buscando las razones para estas actividades tan irracionales, es ahora cuando creo haberlas encontrado. En mi caso, hace ya mucho tiempo que no responden a batir las marcas deportivas: no me interesan los records ni los logros con reconocimiento social. Yo busco vivencias, enriquecerme con experiencias. Creo que soy más cuanto más he vivido: fundamentalmente lo que me ha pasado y lo que he superado. Supone la trascendencia. Yo creo sinceramente que esto es así en muchos casos, pero casi nadie estudia ese tema apasionante. Hay que recurrir al Idealismo Alemán, a Kant, a Hegel, a Nietzsche, a Heidegger. Para mí el tema resulta tan interesante que lo trato en mi libro ¿Era necesario morir? que público Desnivel en 2015"

    "Lo que sí prometo a mis lectores y amigos es que hare lo posible para no defraudarlos en estos momentos difíciles que se nos vienen encima, al margen de los que tienen que ver con cuestiones sociopolíticas y económicas: aquellos que obedecen al ineludible paso de los años.
Seguiré enfrentándome a la hostilidad.
Controlaré mi impulsividad.
Superare el miedo.
Resistire ante el cansancio.
Seguiré siendo explorador de mis emociones.
Y confesor de mis culpas.
¡Hasta siempre!"


Una web del autor aqui.
Este es el blog oficial de Cesar Pérez de Tudela: aqui.