Ver Viajes del Mundo en un mapa más grande

viernes, 30 de junio de 2017

GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg

GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg

    "Crecí en Moscú, jugaba con niños rusos. Cuando mis padres querían ocultarme algo, hablaban en yiddish. Yo no rezaba a ningún dios, ni al judío ni al ruso. Entendía la palabra judío de una manera particular: yo era uno de aquellos a los que estaba bien visto ultrajar. Me parecía injusto y natural al mismo tiempo. Mi padre, que no era creyente, condenaba a los judíos que para aliviar su situación abrazaban la religión ortodoxa, y desde niño comprendí que uno no podía avergonzarse de sus orígenes. Había leído en alguna parte que los judíos habían crucificado a Jesucristo; el tío Liova decía que Cristo era judío; mi niñera Vera Platónovna me contaba que Cristo había enseñado que, si alguien te daba una bofetada en la mejilla, debías ofrecer la otra. A mí eso no me gustaba. El primer día de colegio, uno de la clase preparatoria se puso a cantar: «Sentado está el judío en un banquito, hagámoslo sentar en un alfilercito». Sin pensármelo dos veces, le solté un sopapo. Enseguida nos hicimos amigos. Nadie volvió a insultarme."

No hay comentarios: