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lunes, 5 de marzo de 2018

HOSPITALIDAD NEPALI. UNA MAESTRA EN KATHMANDU, de Victoria Subirana

HOSPITALIDAD NEPALI. UNA MAESTRA EN KATHMANDU, de Victoria Subiran

  "Llevaban unas maletas emocionales cargadas con todos los sentimientos no expresados, todas las rabias no liberadas y realmente se hacía muy difícil descubrir si te estaban hablando de verdad o estaban simplemente interpretando un papel. A veces creías que alguien era tu amigo, que estaba siendo sincero contigo, pero luego, cuando menos te lo pensabas, te había clavado un puñal por la espalda y no sabías ni de dónde te había venido.
  Kami me ayudó muchísimo a interpretar la falsedad y a no fiarme ni de mi propia sombra. Es, en definitiva, comprensible, porque el país es muy hostil. Hay gente que se muere de hambre, niños que, desde pequeños, recorren las calles y las basuras en busca de algo que echarse a la boca. El 75 por ciento de la población está todavía en la etapa de la supervivencia para ver si podrán comer, por lo menos, una vez al día. El gobierno no les protege en ningún sentido: si se ponen enfermos, no tienen una seguridad social donde garantizar los mínimos; no hay escuelas gratuitas; si alguien pierde el trabajo, no existe el subsidio de desempleo; las pagas de jubilación todavía no se han inventado. El ambiente se parece a la picaresca en la Edad Media: la estafa, el abuso, el soborno y la mentira están considerados semilegales. El que más ardides emplea para engañar es el que mejor se maneja en sociedad. El único estamento social que existe es el de la familia: la familia unida para luchar contra los demás. Y eso es lo que se percibe por doquier. Los niños, desde pequeños, aprenden a no expresar sentimientos porque creen que, entonces, el enemigo va a conocerte mejor y sabrá tus puntos débiles para poder atacarte. Mantener siempre la misma actitud es un arma que tienen ellos para defenderse. Tal como dice el proverbio árabe: «Cuando escucho, tengo ventaja; cuando hablo, la tienen los demás». Creo que esto lo aplican los nepalíes a la perfección.
  Claro que, a un turista que visite Nepal, le será casi imposible detectar todo esto, que queda sublimado detrás de una hospitalidad general, muy característica en los nepalíes."

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